"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


miércoles, 19 de mayo de 2010

UNA MUJER EQUILIBRADA -II-

La mujer equilibrada, además de cuidar de su propia salud y de nutrir su hogar, en su calidad de madre modela un carácter santo; ama y cuida  adecuadamente a sus hijos, los disciplina, los anima, los divierte, los lleva a la iglesia…

He aquí una de las más significativas áreas de prevención de violencia: si tal vez se nos hace tan complicado sanar una sociedad donde la violencia es como un cáncer que ha hecho metástasis, invadiéndolo todo, aun las madres tienen una solución en sus manos, si se preparan para ello.  Si su maternidad y crianza es escrupulosamente planeada y dirigida, usted puede hacerles un gran favor a las mujeres de la siguiente generación.

Un libro que llegó  a mis manos, titulado “Preparándolo para la otra mujer”[1] està dirigido a dar a la mujer estrategias especificas para desarrollar un plan de crianza de hijos varones con una mentalidad distinta a la que hoy vemos que contribuye a que muchos ejerzan violencia contra la mujer.

La influencia de una madre puede cambiar la tasa de éxito de la futura generación de matrimonios. Madre: no puedes esperar que el mundo cambie su fibra moral para ganar esta guerra contra hogares rotos, vidas rotas, corazones rotos, violencia, infidelidad y divorcios. La madre es la primera mujer en la vida de un hombre, y podemos, reitero, empezar a cambiar el futuro desde hoy, un varón a la vez.

Es una mujer que construye, edifica su casa, mantiene su hogar con visión y propósito; construir implica mucho esfuerzo, energía y sudor. Implica soñar, planear, organizar. La mujer define el hogar, el hogar de una mujer se convierte en una proyección de sí misma, de su amor y cuidado, o tristemente de su actitud descuidada y abandonada; todo se hace visible en el aspecto de su casa.

La mujer es también una administradora, que busca y maneja recursos financieros para su hogar y sus metas personales.

La mujer de hoy tiene vida social, es amiga, participa como anfitriona o como invitada en eventos familiares, con los parientes, con la familia de Dios, con vecinos, colegas de trabajo o compañeros de estudio.
La mujer de hoy está llamada a ser una persona de sana autoestima, con un alto sentido de valor propio, consciente de su dignidad, de su competencia, de su relevancia social, consciente de que tiene derecho a vivir y vivir en abundancia, en la plenitud de libertad para ser y hacer aquello que le da a su vida sentido, dirección, propósito y significado.

Para lograr  todo esto nos preguntamos: ¿Necesitamos días de más de 24 horas?  ¿Necesitamos que no ocurra nada que trastorne nuestras agendas y planes? ¿Qué le respondo? Como quisiera que hubiera un camino fácil, pero no, ¡no hay atajos!

La mayoría de las conquistas que hoy disfrutamos se lograron paulatinamente, paso a paso, poco a poco; las circunstancias cambian paulatinamente, tal vez no a la velocidad de que avanza la adversidad, pero hay que confiar en lo que dice el predicador: Echa tu pan sobre las aguas, porque después de muchos días, lo hallarás[2]. Más grande que todos los retos, debe ser nuestra voluntad para enfrentarlos, y más grande que todos los obstáculos es el Dios con quien podemos contar, para quien no hay nada imposible, ni siquiera difícil.


[1] Preparing him for the other woman, Sheri Rose Shepherd
[2] Eclesiastés 11:1

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