Jesús
entiende nuestros corazones cansados y nos dice:
“Venid a mí todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11:28
¿Qué
nos causa estar cansadas? Algunas creen la mentira de que nuestro valor
proviene del rendimiento o de lo que aportamos al ministerio. Todas queremos
que los demás piensen bien de nosotras. Pero nuestro valor no puede basarse en
la opinión de los demás o en nuestros logros. Eso solo nos lleva al estrés y al
agotamiento. Nuestra identidad solo puede venir de nuestro Creador y debemos
creerle a nuestro Padre, quien nos ve como hijas valiosas hechas a su imagen.
Otras
tienen el corazón cansado quizá por las dificultades de cuidar a niños pequeños
o ancianos. El estrés no termina al final del día, sino que continúa día tras
día sin descanso. Quiero animarte a seguir clamando a Dios por la fuerza y la
gracia que necesitas cada día. Él te la dará en el momento justo. Pero también
pídele que te envíe personas que te ayuden y acércate a otras para que oren
contigo y te animen. Ya sea que nuestro cansancio sea en la vida personal o en
el ministerio, debemos entender que no estamos solas. Dios está con nosotras en
cada momento y puede enviarnos personas que nos brinden apoyo físico o
emocional para ayudarnos en nuestro trabajo.
La Biblia habla con frecuencia de la perseverancia. Santiago nos dice que
perseverar nos ayuda a madurar. Gálatas nos dice que cosecharemos bendiciones
si no nos rendimos. Pensemos en el ejemplo de David, que huía por su vida del
rey Saúl año tras año. Los Salmos están llenos de clamores de David pidiendo a
Dios que lo rescatara de sus enemigos. Y una de las respuestas a esa oración se
encuentra en 1 Samuel 23:16: “Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl y vino a
David a Hores, y fortaleció su mano en Dios.” David necesitaba un amigo que le
recordara que Dios seguía con él y que tenía un futuro. Todas necesitamos
personas así en nuestra vida y podemos ser ese apoyo para otras que están
teniendo dificultades para perseverar.
Me encanta la historia de Josué y los israelitas peleando contra los
amalecitas. Moisés estaba en una colina observando la batalla y orando a Dios
para que les diera la victoria. Pero luego el ayudador, Moisés, se cansó, y él
también recibió ayuda de Aarón y Hur, quienes sostenían sus brazos. Dios nos
diseñó para perseverar juntas en el cuerpo de Cristo. ¡Nos necesitamos unas a
otras!
El Padre nos invita a todas a encontrar descanso en Él. Esto va más allá de
dejar de hacer cosas, mirar televisión o pasar el tiempo deslizando en el
teléfono. Hay una diferencia entre el descanso piadoso y la relajación humana.
Dios nos llama a abrazar el sábado con Él, un tiempo para dejar de trabajar y
descansar en su cuidado. Tal vez no tengas tiempo para tomar un día completo de
descanso cada semana, pero todas podemos practicar momentos sabáticos en los
que venimos ante el Padre en quietud y silencio, solo para estar en su
presencia. Al venir a Él, dejar nuestras cargas, aquietarnos y confiar en Él,
encontraremos descanso para nuestros corazones cansados.
Dios nos ha llamado a vivir en comunidad bíblica y a llevar los unos las cargas
de los otros. Y eso es lo que haremos ahora al entrar en nuestros grupos de
oración. En un momento aparecerá una ventana emergente en tu pantalla. Haz clic
en ella y serás llevada a una sala de grupo. Después de unos 15 minutos,
volverás automáticamente a esta sala principal. No habrá traducción en las
salas de grupo, pero quienes han estado escuchando con un traductor serán
ubicadas en una sala con personas que hablen su mismo idioma del corazón.
Firma invitada: Lisa Hall
Devocional parte de la serie titulada
Asuntos del corazon, elaborada por el Proyecto Mujeres de Esperanza, de Radio
Trans Mundial*
Publicado con permiso
del ministerio Mujeres de Esperanza, para más informacion visite el sitio https://mujeresdeesperanza.org/
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