"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


lunes, 10 de noviembre de 2014

LOS PROBLEMAS DE FAMILIA

La familia es uno de esos temas de los que nunca se termina de hablar, porque es una institución viva y dinámica; es como una empresa que tiene un punto de origen y va evolucionando, creciendo o menguando, prosperando o llegando a la bancarrota, con triunfos y reveses, alegrías y penas.

Una de las profesiones que más demanda de servicios está teniendo actualmente es la de los consejeros o terapeutas matrimoniales y familiares. Y eso es bueno, debería ser preocupante, pero en realidad es bueno, porque significa que hay mucha gente que ha entendido que no pueden solos con los problemas de su familia, que quieren salvar su hogar y que prefieren ir a un terapeuta que a una corte a disolver un matrimonio.

Por más de 10 años  tuve la oportunidad de trabajar cada semana con un equipo de profesionales de la salud y la conducta con quienes producía un programa llamado Integración Familiar. Esta experiencia fue muy enriquecedora para mí en lo personal, pues amplió mi conciencia sobre la diversidad, profundidad, frecuencia y magnitud de la mayoría de las situaciones que se pueden vivir en una familia y de cuales soluciones están disponibles para cada caso.

Una de las realidades que más me ha impactado hablando con los que saben, ha sido escuchar, que no hay fórmulas generales en la solución de los problemas familiares. Cada caso es distinto, cada situación tiene ingredientes diferentes, e incluso hay casos en que no hay formula alguna que resuelva todo; hay dramas en los que hay que dar cosas y casos por perdidos. Escuchar esto de boca de alguien a quien usted acude buscando ayuda es desconcertante. ¿Verdad?

Pensemos primero en las raíces de la situación: Creo que el caos en que se encuentra la familia de hoy  tiene que ver con la ignorancia de la palabra de Dios, o con la desobediencia a ella.  Digo primero ignorancia, porque no todo el mundo conoce qué enseña la Biblia en ningún sentido, y por tanto sus valores y cultura familiar no están basados en la Palabra. Y  digo desobediencia, porque los que tenemos el privilegio de conocerla, no siempre la ponemos en  práctica. Yo me imagino que son incontables los mensajes que hemos escuchado sobre el plan de Dios para la familia, los roles del hombre y de la mujer, el rol de los hijos, qué de los cónyuges no creyentes etc., y sin embargo, el drama de nuestros hogares no ha cambiado en nada.

Resolver problemas familiares, es pues  un asunto de asumir responsabilidades y con determinación comenzar a establecer los fundamentos que Dios ha dado para el orden de una familia. Luego está nuestra dependencia de Él como Señor de nuestros hogares: Por eso, Salomón en el salmo 127 comienza: A usted que  está tratando de edificar su casa, su matrimonio y su familia, sepa que se esfuerza en vano, a menos que sea el Señor quien lo haga por usted y con usted.