"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


miércoles, 29 de diciembre de 2021

EL COLMO DEL AMOR

 

Foto de Pixabay de uso libre

¡Eres el colmo del amor!

No lo entiendo.

Debajo de tus ropas sin marca

Y sobre tus polvorientas sandalias

Eres glorioso y digno.

Pero otros no lo aceptan

Otros no lo reconocen.

 

¡Eres el colmo del amor!

Tus pobres padres no

No pudieron reservar  el hotel

No pudieron viajar en primera clase

No pudieron traerte al mundo

En el hospital.

Tus pobres padres

Te criaron en ese barrio,

Ese lugar que otros consideran

el estrato más bajo,

De donde no puede salir algo bueno,

Algo tan bueno como tú.

Pero esos pobres padres eran gente

Digna, decente, devota,

Trabajadores y solidarios.

Pero otros no lo aceptan

Otros no lo reconocen.

Te miran de lejos con menosprecio

¿No es ese el hijo del carpintero?

 

¡Eres el colmo del amor!

No lo entiendo.

Eres la máxima cumbre de la realeza,

Pero, esos que no te reconocen,

Esos que no te aceptan,

Decidieron burlarse de tu reino

Te coronaron con espinas

 

¡Eres el colmo del amor!

No lo entiendo

Las espinas se incrustaron en tu frente,

Pero no en tu mente ni tu corazón.

 

¡Eres el colmo del amor!

No lo entiendo

Esos que clavaron las espinas

Esos que escogieron humillarte

Esos que eligieron rechazarte

Que no te quieren en su vida.

Los perdonas

Porque no saben lo que hacen.

Los perdonas por que tú

Sí sabes lo que haces

Los perdonas por que tú

Si sabes quien eres.

 

¡Eres el colmo del amor!

No lo entiendo

Los perdonas

Y anhelas la oportunidad

De volver a tocar sus puertas

Y que te abran

Y que te inviten a cenar

Tú con ellos y ellos contigo.

Y Crees que va  a suceder

Porque eres el colmo del amor


¿Esperas que yo también ame así?


GThompson Johnson

Diciembre 29, 2021

martes, 21 de diciembre de 2021

DE HERIDAS Y CICATRICES

Hace pocos días sufrí una leve quemadura en la muñeca de mi mano izquierda, mientras sacaba un molde con la cena del horno caliente. Fue un accidente que pude haber prevenido usando unos guantes que tengo para este fin.

Las quemaduras, por pequeñas que sean, son muy dolorosas y requieren un cuidado para sanar. Pero aparte del dolor, mi preocupación vino a ser la cicatriz. Usé por varios días vendas de las que llamamos “curitas” para cubrir la herida, no tanto por no lastimarme más sino por lo estético. Sin embargo, noté que mientras más tiempo la cubría, más tardaba en sanar.

 Mientras me apenaba por la visibilidad de mi cicatriz, pensé en el contraste con las marcas en la piel (tatuajes) que hoy tantas personas eligen hacerse, exhiben y ostentan con orgullo. ¿Qué hace diferencia cuando se trata de una cicatriz?

Reflexioné que puedo aceptar las cicatrices que no elegí tener. Aún más, que puedo tener alguna responsabilidad por haberlas sufrido, pero agradecer las lecciones que la experiencia me haya dictado con ellas. Tal vez la herida se vea fea y evidencia que hay una historia que contar en torno a ella. Pero si ocultarla prolonga la sanidad, es mejor asumirla y esperar que el tiempo haga su parte. Tal vez pronto no quedará evidencia de ella, y si queda no será motivo de ansiedad ni preocupación.

Reflexioné también, que hay cicatrices del espíritu que creemos que no se ven, porque la vendas con las que las cubrimos gritan que algo anda mal.

Podemos maquillar las heridas con cortesía básica, con sonrisas fingidas, con discursos políticamente correctos.

Podemos cubrir las heridas con silencios que deberían llenarse de palabras asertivas para superar traumas y conflictos.

Podemos cubrir las heridas con silencios que debemos romper, y en su lugar elevar oraciones de confesión y pensamientos de determinación a cambiar, sanar y restaurar. Y que la misma sea visible, será parte del proceso, hasta que no duela y ni avergüence la cicatriz.