"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


sábado, 30 de agosto de 2014

EMPLEADO DE BAJO DESEMPEÑO: ¿NO SABE, NO PUEDE O NO QUIERE?

En una de mis más recientes experiencias educativas me quedé con esta frase del facilitador: “Cuando un colaborador evidencia un desempeño inadecuado en sus labores, puede ser por tres causas: “No sabe”, “No puede” o “No quiere”.
 
En cada persona que se ha integrado al equipo humano de una organización, se ha hecho ya una inversión que es necesario tomar en cuenta antes de llegar a la decisión  de desvincularla. La rotación de personal implica pérdidas, retrasos  e incluso fracasos de escala significativa. Los responsables de gestión humana y los líderes de una organización deben integrarse para agotar todas las posibilidades antes de decidir prescindir de un colaborador por asuntos de desempeño. 

Cuando el colaborador “No sabe”

Lo primero es verificar si el colaborador ha recibido suficiente entrenamiento. Desde el proceso de selección, se espera que, si bien un puesto puede no requerir experiencia previa, sí  tiene un perfil que satisfacer en términos de competencias, aptitudes y potencial. Un estudio de detección de necesidades de capacitación siempre es clave para superar la causa del colaborador que “no sabe”. La agenda de capacitación debe ser parte esencial del desarrollo del talento humano.

Cuando el colaborador “No puede”

Es más común de lo que nos imaginamos la realidad de que algo impida al colaborador realizar su labor satisfactoriamente. Por ejemplo:
1)   La posibilidad de tener superiores autócratas, con estilos de liderazgo que crean y ponen  tropiezos en vez de hacerlos a un lado; líderes que no crecen ni se entrenan engrosando la cadena de la incompetencia a lo interno de sus organizaciones.
2)   Sistemas obsoletos, incompletos, sin soporte; procesos mal diseñados, incomunicación entre departamentos y áreas funcionales claves.
3)   Presupuestos limitantes.
4)   Herramientas de trabajo insuficientes.
5)   Sobrecarga de tareas.
Cuando la realidad es que el colaborador “no puede”, se hace necesario que la gerencia  analice y corrija los factores sistémicos que obstaculizan el logro de los objetivos, porque de lo contrario, el cambio de personal no arreglará las cosas. 

Cuando el colaborador “No quiere”

¿Pero qué tal si el colaborador sencillamente “no quiere”? ¿Hasta dónde llegar con ese  empleado?  Llegamos a esta conclusión si hemos verificado que la persona está entrenada y tiene las condiciones para realizar su labor. Pero aún quedan estrategias que usar,  como la sensibilización (terapia para que la persona se autoevalúe y considere valorar su empleo), la motivación, y negociación de otros beneficios. En última instancia, si nada camina, hay que manejarlo con  medidas disciplinarias. Hay un contrato de trabajo y unas especificaciones de penalidad cuando hay responsabilidad  por una falta demostrada).

Si las cosas no mejoran ni se arreglan con cursos, entrenamientos, reuniones de motivación, ni terapias, es cuando se recomienda, como última fase, terminar la relación laboral. 

Si se siguen estos principios, sin duda la organización logrará mayor retención de personal y contará con colaboradores  motivados, fidelizados y  comprometidos. El desafio es gestionar talento humano que “Sabe, puede y quiere”.

DINERO: ¿CUANTO Y PARA QUE?



La tendencia en nuestro mundo es medir el éxito en términos financieros. La riqueza es sinónimo de libertad y en algunos casos, de felicidad. Pero es necesario pensar que si  en realidad es así, entonces las grandes mayorías están sentenciadas a una vida infructuosa e infeliz.  Las necesidades son ilimitadas y los recursos muy mal repartidos en un mundo de desigualdad en la distribución de las riquezas. 

La fe cristiana, basada en la Biblia, ofrece abundante enseñanza respecto al lugar que corresponde al dinero y los bienes en la vida del ser humano. Todos necesitamos dinero, algunos lo perciben como un mal necesario, otros lo persiguen como a un dios, como un fin en sí mismo, y son capaces de “vender su alma”, delinquir y matar por él. Para otros tantos, el dinero no es ni bueno ni malo, sino, un medio, un instrumento para el logro de otros propósitos. 

Pero uno se pregunta: ¿Qué tanto dinero es mucho?, ¿Cuánto es lo ideal?  
Yo pienso  que se debe tener una cosmovisión prudente del dinero, de cómo obtenerlo y de cómo administrarlo.  La Educación financiera que hoy tanto se promueve, es muy útil, para que, ante la realidad de recursos escasos, las personas aprendamos a tener un presupuesto conforme al cual regirnos, tener clara la utilidad de trazarnos metas y ahorrar para lograrlas, así como  tener la habilidad de generar recursos adicionales mediante la creatividad y las inversiones adecuadas. El disciplinarnos ante la presión de una sociedad de consumo hoy día es un acto de heroísmo, pero es, indispensable. 

Tener ambiciones es legítimo, siempre que no caigamos en el ámbito de la avaricia. Por cierto, la Biblia dice que “El amor al dinero es la raíz de todos los males”. 

Es loable que, a medida que avanzamos perseverantes en nuestro intento por llegar a  la libertad financiera, recordemos la generosidad como una práctica gratificante, pues no hay bienestar completo cuando somos egoístas e indiferentes ante la necesidad de aquellos que tienen menos que nosotros. 

De lo mucho o lo poco que pase por nuestras manos, sepamos repetir el milagro de los panes y los peces, dando gracias a Dios y compartiendo con el prójimo. 

En resumidas cuentas, el dinero es importante, es necesario y es el instrumento para garantizar una calidad de vida digna a todo ser humano.

domingo, 10 de agosto de 2014

ALGO MUERE EN MI CADA VEZ


“El niño se agarraba a las piernas de su papá, no sabía hablar aún y pretendía evitarlo. Él veía la mujer sangrando por la nariz. La sangre no le daba miedo, no, solamente deseos de llorar, de gritar mucho. De seguro mamá moriría si seguía sangrando.” – La Mujer, cuento de Juan Bosch.


Ay! Ay! Ay!
Siento que muere algo en mí cada vez
Con cada mujer asesinada.

No salgo del desconcierto
¡Qué impotencia ante esta gran calamidad!

Y presiento que la muerte toca a la puerta
¡Está tan cerca!
De mi amiga que soporta el abuso
De quien debe mimarla.

¡Está tan cerca!
De mi vecina que grita desconcertada
 en medio de la noche.

¡Está tan cerca!
De la señora que se esconde en otra
Casa hasta que pase la ebriedad de
Su amado verdugo.


Hoy fueron crueles y más crudos
Los medios publicando las traumatizantes
Imágenes de las más recientes Evas
Juzgadas y condenadas antes del juicio final.

Ay! Ay! Ay!
¡Está tan cerca!
¿Será que no puedo hacer
 más que morir con ellas.?
La mujer de la historia de Bosh
Ha dejado de ser cuento.

Gthompson