¿Qué determina el potencial de una persona para afrontar la adversidad y lograr una vida significativa y productiva a pesar de los obstáculos? Estudiosos han determinado que hay personas “Resilientes”, término que deriva del concepto Resiliencia: Capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas.
La resiliencia se produce básicamente al choque de dos grupos de elementos, el primero, los factores de riesgo, que son las amenazas, circunstancias y eventos de la vida severamente estresantes y perjudiciales. El Segundo, los factores protectores, que son las condiciones o entornos que son capaces de favorecer el desarrollo de los individuos y de reducir los efectos de las circunstancias desvaforables. Entre los factores protectores hay dos clases, los externos (una familia nutridora, apoyo de un adulto significativo, integración social y laboral…) y los internos (autoestima, seguridad y confianza en sí mismo, facilidad para comunicarse, empatìa).
Edith Grotberg ha creado un modelo que caracteriza a un resiliente a través de la posesión de condiciones que en el lenguaje se expresan diciendo: “Yo tengo”, “Yo soy”, “Yo estoy” “Yo puedo”. De acuerdo al modelo, estas son las expresiones que caracterizan a un resiliente:
Tengo:
Personas alrededor en quienes confío y que me quieren incondicionalmente.
Personas que me ponen límites para que aprenda a evitar los peligros. Personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder.
Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo.
Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro, o cuando necesito aprender.
Soy:
Alguien por quien los otros sienten aprecio y cariño.
Feliz cuando hago algo bueno para los demás y les demuestro mi afecto.
Respetuoso de mí mismo y del prójimo.
Estoy:
Dispuesto a responsabilizarme de mis actos.
Seguro de que todo saldrá bien.
Puedo:
Hablar sobre cosas que me asustan o me inquietan.
Buscar la manera de resolver mis problemas.
Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien.
Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o actuar.
Encontrar a alguien que me ayude cuando lo necesito.
Yo le sumaria a este valioso enfoque, las siguientes expresiones de fe:
Tengo un Dios que me ama y siempre vela por mí.
Soy una criatura hecha a la imagen de Dios con potencial para una vida abundante.
Estoy lleno de esperanza y de fe.
Puedo todas las cosas en Cristo que me fortalece.
¿Qué le parece si hace usted su propio inventario de fortalezas para sobreponerse a las crisis de la vida? Es un ejercicio muy gratificante.
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