Las fiestas de 15 años son tan lindas, crean a la festejada la ilusión de ser la princesa que toda niña trae consigo. Pero… ¿Cómo son los 15 de una niña amada pero pobre?
No habría fiesta, solo una foto para las crónicas familiares.
Mami me mandó a hacer un vestido largo, color rosado, de tela de “cebolla” forrado. ¡Me quedó lindo!
Lo que no me gustó fue el sombrero ¿De dónde sacamos aquel sombrero?
Tampoco me gustó tener que ir con Mami, yo misma, ya vestida, a buscar el biscocho… una torta de una libra, con el diseño de un abanico de mano. Creativo… pero…tampoco me gustó tener que caminar desde la repostería hasta el centro fotográfico, vestida de princesa, cargando yo misma el biscocho… Mami llevaba otras cosas, no recuerdo qué. No era lejos, pero ¡que bochornoso me resultó aquel desfile sin cortejo!
Entramos a la Fotografía “La Moderna ”, ubicada frente al consultorio de nuestro médico familiar, el Doctor Perozo, que tantas veces visitamos, y cerca de la pizzería “La Lata ”. ¿Qué hay ahora en estos locales? Esa calle llegaría a ser aun más familiar para mí por mis dos años estudiando secretariado en la Academia “Profesor Guerrero”, a pocos metros del consultorio mèdico.
En “La moderna”, una mesita me serviría de asiento, al lado mío el bizcocho… un solo ¡FLASH! Eso fue todo.
Años después volví a ver aquella fatídica foto…rodando en alguna gaveta. No se si habrá ido a parar al álbum familiar… Daba yo cualquier cosa por desaparecerla, o al menos deshacerme del sombrero… ahora me lo quitarían con fotoshop.
El mejor regalo de mis 15 siempre lo tendrè: El amor de mi familia.
Postdata: Esta foto es una iliustracion tomada de internet. No recuerdo el destino del vestido original.
Postdata: Esta foto es una iliustracion tomada de internet. No recuerdo el destino del vestido original.
El vestido es precioso, yo no tuve uno :( pero creo que leyendo tu historia, fue mejor así, ja ja.
ResponderEliminarEse día cayó Viernes Santo, y recuerdo que mi mamá hizo un bacalao a la vizcaína ¡delicioso! todavía me relamo los labios cuando me recuerdo, por supuesto que he vuelto a comer más bacalao, pero nunca igual a aquel.
Gracias por compartir tus recuerdos. Abrazos