Recibo la llamada telefónica, a veces suena un poco “mecánica”, pero siempre es amable: Sra. Georgina, por su buen historial crédito nuestro banco le ha seleccionado para otorgarle nuestra tarjeta bla bla bla, ble, ble, ble… que tiene todas las siguientes ventajas…. Bla bla bla, ble ble ble… ¿Dónde desea que le enviemos su plástico?
Espero que la persona haga una pausa para respirar en su discurso, y aprovechar para responderle que no, rotundamente, no deseo otra tarjeta. ¿Por qué?, siempre quieren saber. No les doy argumentos al respecto… y con la mayor amabilidad posible termino la llamada. Usaba tres, y en un momento dado decidí solo manejar una, pero al final, he quedado con dos.
El tener una tarjeta de crédito es una necesidad, nos ayuda a crear historial de crédito y a la altura de este siglo, es indispensable para muchas transacciones. Si somos capaces de usarla y saldarlas totalmente mes tras mes, no hay problema. ¡Pero! la tarjeta de crédito, nos crea la sensación de que no estamos gastando. El efecto psicológico de entregar dinero físico al pagar una compra o servicio, es distinto, es muy visible lo que nos cuesta esa transacción. Pero ese pequeño plástico que se desliza por el verifon, nos hace pensar que todo está a nuestro alcance, sin tener que esperar… y lo que no esperamos son los números que llegarán en el balance al corte, con las añadiduras que por distintos conceptos nos suman, como renovaciones, seguros, usos de cajeros, intereses, moras, y otros cargos…
Las tarjetas de crédito se están convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para muchas personas. Entre los consejos para usarlas adecuadamente, Conceptos Financieros recomienda:
1) Nunca comprar algo con la tarjeta que no esté en su plan de Control de gastos (presupuesto).
2) Comprométase a pagar el 100% del saldo de la tarjeta. Los intereses y moras de las tarjetas de crédito pueden hundirnos en poco tiempo.
3) Si finalmente, ve usted que cae y recae en endeudarse con ellas, la sugerencia es hacerle una “cirugía plástica” a la tarjeta. Tome unas tijeras y córtela en pedazos. También puede ponerla en la bandeja del horno y encenderlo a 450 grados hasta quemarla. Entonces vaya al banco y cancélela. Maneje solo efectivo. Suena drástico, pero la Biblia misma dice “si tu ojo te es ocasión de caer, córtalo y échalo fuera de ti”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son bienvenidos!