Mensaje de Marli Spieker, al dedicar el mes a la oración de Proyecto Ana:
Querida intercesora y amiga:
Nunca olvidaré a una mujer en sus cincuenta que conocí en Asia Central. Llorando me preguntó: “¿Marli, dónde están mis bebés? Yo los aborté hace tiempo, pero aún oigo sus voces cuando cierro mis ojos por las noches.” ¿Puedes sentir la angustia en sus palabras? Su culpa, lamento y dolor por tomar el camino fácil del inconveniente bulto de “tejido” como lo nombran los abortistas cuando hablan de eso, es un sentimiento compartido por millones de mujeres.
Aunque el aborto es legal en muchos países, los eventos que lo siguen y el acto en sí mismo, resulta en problemas de salud física y mental duraderos. Su legalización no le da una alternativa para el agujero que queda en el alma de las mujeres. No hay sanidad ni esperanza.
Mi amiga encontró paz con su pasado. Recibió perdón y sanidad en Jesús. Él restauró su dignidad perdida. Ella experimentó la realidad de Isaías 53:5, que dice: “Él (Jesús), herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Su llaga fuimos nosotros sanados.” Esto me dio esperanza para continuar animándote a orar con confianza y expectante fe que Dios pondrá fin a este terrible mal- la matanza de los inocentes no nacidos. Pidámosle a Dios que rodee con Su misericordia y sanidad a estas preciosas mujeres.
Gracias por tu apoyo sacrificial en oración y en dar para el Proyecto Ana. Eres una parte vital en lo que hacemos alrededor del mundo. Dios recompense tu amor; ¡yo sé que lo hará!
Alguien dijo una vez que ¡las misiones no se hacen con dinero, sino con VISIÓN!
Por favor ora por un ejército aún más grande de visionarios intercesores y que apoyen, como también por una abundante cosecha de maravillosas mujeres transformadas por Su gracia en 2011.
En Su amor,
Marli Spieker
Directora/Fundadora Ministerio Global
Proyecto Ana
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