Tal vez soy haragana para escribir
Son pocas, pero significativas las personas que me han hecho esta pregunta. A veces respondo con evasivas, o con titubeos. Pero ya me toca detenerme a ponderar el asunto. ¿Por qué no he escrito un libro?
- ¿De qué escribiría? ¿Anécdotas? ¿Poemas? ¿Estudios Bíblicos? ¿Comunicación Radial? ¿Un libro para mujeres? Usted dígame, porque no soy especialista en nada, porque no soy una eminencia en nada, y mi concepto de publicar un libro es que se debe tener la autoridad y un pesado background para hacerlo. Asimismo creo que publicar un libro debe ser fruto de tener algo de alta relevancia que aportar y digno de perpetuar.
- No he escrito un libro, porque soy muy crítica cuando se trata de publicaciones. Confieso mi gran decepción con muchos autores que escriben por ego, sin suficiente preparación y poco menos ingenio. Hay escritores que de un planteamiento (que puede muy bien ser un sencillo artículo), hacen un extenso y difuso ensayo al que llaman “obra”. Odiaría la idea de ser parte de esa especie, autores que se jactan de ser escritores pero que, al menos en mi percepción, deberían leer y leer mucho, antes de plantearse escribir algo; deberían pensar y pensar mucho, antes de parir un libro; deberían revisar y revisar mucho, antes de publicar una obra.
Me he sentido engañada y burlada por autores cuyos libros son plagios, donde puedes distinguir la pobreza de su aporte personal en contraste con las ideas de terceros que adoptan como propias. Hay incluso auto-plagiadores, cuyas obras subsiguientes reiteran un alto porcentaje de las anteriores. ¿Cuál es la necesidad de hacer eso?.
- No he escrito un libro, porque tristemente vivo en una cultura donde el libro está en proceso de extinción. Haces una inversión cuantiosa en publicar para luego dedicarte a la penosa gestión de que tus amigos vayan a la puesta en circulación, te compren el libro “para ayudarte” y ni siquiera lean la gran joya que crees que has producido.
- Y por último, lamento sonar negativa y renuente; en realidad me encanta la idea, pero tal vez, solo tal vez, me pasa lo mismo que a un renombrado periodista digno de toda mi admiración, a quien le pedí una vez que escribiera para el libro devocional Alimento para el Alma y me dijo “Es que soy haragán para escribir”. Prefiero el síndrome de escribir cuando me nace y soltarlo caliente en el blog, donde por cierto, la difusión es global, instantánea y libre.
Pero nada, partamos la diferencia y digamos que les prometo a mis amigos, empezar a ahorrar, y seguir leyendo, y seguir madurando, digamos, hasta que cumpla 50, y entonces me disponga a publicar un modesto libro enfocado en alguna de mis áreas de interés.
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