"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


jueves, 27 de septiembre de 2012

LA CODEPENDENCIA: UN DRAMA REAL



De vez en cuando, muy de mañana al levantarme, o al caer la tarde un fin de semana, me siento en un mueble del balcón a tomar una taza de té, como teniendo la sensación de que nadie me espera. Sobre la mesita a mi lado descansan algunas revistas, que casi nunca veo, pero están ahí para mis visitas. Y nos las veo, porque las lecturas ligeras casi no tienen espacio en mi agenda llena de  compromisos de lectura como para que mis pobres ojos no tengan descanso. 

Pero una de estas mañanas he ojeado la revista. En la portada, el rostro de una mujer que fluctúa entre la juventud y la madurez, no es la típica mujer frívola atestada de accesorios que a veces me lucen como arbolitos de navidad. Y leo su nombre y aun así, no sé quién es.

Al buscar en las páginas interiores me entero que se trata de una mujer que el día de hoy pudo haber sido princesa en una de las monarquías europeas, pues fue novia de un príncipe real (de la realeza y de la realidad).  

Y su historia es en realidad, una que vale la pena conocer y de la cual se pueden extraer lecciones relevantes. Isabel Sartorious, ha publicado un libro titulado “Por ti lo haría mil veces”. Ha escrito para las mujeres y su tema es el problema de la codependencia,  que tal vez es algo que más personas de las creemos está viviendo en carne propia y no lo sabe, o no sabe que tiene este nombre. 

La Co-dependiente es una persona que ha permitido que el comportamiento de otra persona le afecte y que está obsesionado por controlar dicho comportamiento.  La codependencia es un trastorno emocional que la autora comparte que padecía y tiene la honestidad y la valentía de exponerlo.  Es más frecuente en mujeres que en hombres. Es una obsesión o compulsión por cuidar de una persona, ya sea porque esta tiene adicciones, ya sea porque es tu pareja, y eso es más de mujeres que de hombres, porque las mujeres construimos nuestra identidad a través de afectos, mientras los hombres tienden a hacerlo a través del trabajo y la vida profesional. 

En la mujer co-dependiente se conjuga una angustia  y una ansiedad de controlar la vida de otra persona, dejando de lado el cuidar de sí misma. Esta condición suele acompañar a familiares de alcohólicos, de adictos y  personas con familiares a los que consideran inadecuados, y que ellas pretenden compensar, equilibrar, corregir, cubrir en algunos casos.  El carácter de la mujer tiene mucho que ver en su grado de codependencia. Mientras más emocional e intensa es la mujer, más sufre, aunque esto no sean en sí debilidades.  Por eso, en una misma familia, expuesta a la misma situación, los miembros que son más racionales están más protegidos, mientras que ser más emotivo y en alguna manera, tener la percepción de ser responsable de la situación, hace a otros miembros sufrir más. 

La codependencia se convierte en una prisión. Hay los momentos en que la persona aprisionada quiere huir y soltar todo abruptamente. Pero usualmente no lo hace, y al contrario, deja pasar muchas oportunidades  de liberarse porque siente que su responsabilidad primera es lidiar con su “realidad”.

El codependiente vive altos niveles de stress porque su vulnerabilidad se traspasa a otras esferas. Le cabe un poco la imagen de mártir. Porque debe dar la talla en el trabajo, debe ser efectivo en todo cuanto hace, es el pedestal al que deberían subirse aquellos que lleva a rastras, el familiar adicto, el hermano fracasado, el padre irresponsable, el hijo especial…

Libra miles de batallas y no pide ayuda, porque tiene una falsa concepción de autosuficiencia. No va a molestar a nadie pidiendo ayuda, asume que otros viven sus propias realidades y no tendrán ánimo ni recursos para socorrerla. Debe sacar fuerzas de donde sea para resistir y esperar que algún día este cuadro cambie.

La co-dependiente se pasa la vida, no viviendo, sino sobreviviendo, en medio de lo que se ha llamado una relación tóxica. Es incapaz de alejarse por sí misma de una relación enfermiza, por más insana que ésta sea, y es muy común que lleguen a pensar que más allá de esa persona se acaba el mundo, hasta que reconocen su condición psicológica y buscan ayuda, para terminar con la codependencia o no volver a generarla en otras personas o en futuras relaciones.
 En el fondo la codependiente tiene cosas que son de gran valor.
Hay un fondo noble, amable y altruista. Son a menudo las personas más dulces. Una vez recuperadas de su codependencia, son, sin duda, personas que cualquiera querría tener como amigas.

Dios quiere que vivamos y seamos libres, llenos de amor sano y caminando en la vida con seguridad y esperanza. El Señor ha roto las cadenas de la adicción y la esclavitud. Si nos vemos retratadas de alguna forma en el cuadro planteado por Isabel en su libro, detengámonos a oir la voz de Jesús diciendo: “Mujer, eres libre de tu enfermedad”. 

Gthompson, 27-Sept-2012

lunes, 10 de septiembre de 2012

CONEXION HUMANA



La pequeña y su madre se acercan al mueble en que yo permanecía sentada en el aeropuerto de Amsterdam, cerca de la puerta de abordar.  Las recibí con mi mejor sonrisa y ambas correspondieron a ella. La niña lucía cansada y prácticamente se acostó a mi lado mientras la madre la regañaba como queriendo llevársela a otro lado.  Finalmente la mujer  cedió a dejarla a mi lado y se alejó camino de los baños.

Resultó ser una chica curiosa,  con un idioma ingles  perfecto para mis oídos. Ciertamente me abordó  con una pregunta tras otra: que soy de Kenya, que si voy para mi casa, que en qué trabajo, que cuanto tiempo estaré…  y de pronto, me lanza una pregunta inusual ¿Eres feliz? Me sorprendió, pero enseguida respondí “Por supuesto que sí” y encontré la oportunidad perfecta para hurgar en aquel corazoncito. Me detuve a mirarla directamente a su cara y devolví la pregunta:  ¿qué hay de ti, eres feliz? Y algo inexplicable sucedió:  su gesto con la cabeza empezó a significar un NO, pero en una leve milésima de segundo su boca se abrió y sus labios dijeron “Yes” y luego se alzó de hombros ligeramente. 

Seguimos conversando, es hija única, vive en Estados Unidos pero es Keniana de origen. En eso regresa su madre, con la misma actitud de reproche con que la dejó  minutos antes.  A seguidas  la toma del brazo y se la lleva. Mientras se alejan, la niña voltea a mirarme otra vez y me sonríe. Nos sentimos amigas. Creo que la conexión que hubo fue un intercambio de atención que ambas necesitábamos. 

La estampa de la madre e hija no deja de ser particular, van uniformadas, con el mismo diseño y en el mismo color. Están escondidas debajo de esos vestidos largos y oscuros (burkas) que en la sociedad occidental las marcan, las aprisionan, las aíslan. Quisiera creer que esa chica es realmente feliz. Quisiera creerlo.  Y yo ¿fui sincera? ¿Soy realmente feliz? Si, lo soy, pero podría serlo un poco más.

Gthompson,  10 Sept 2012.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

APARICION




La configuración de esta noche ha sido
Como un cuento fabuloso, mítico, misterioso.
Me preguntaba cómo he sobrevivido sin tì.
Y hoy apenas me doy cuenta que no he vivido.
Debo ser un fantasma al que no puedes oir ni tocar
Pero me siento frente a ti y pregunto si me escuchas
Y te observo mientras miras hacia fuera 
a través del cristal,
Y te sonrío  esperando que me devuelvas la sonrisa
Pero no creo que me escuches, no creo que me veas
Por eso es que, en la configuración de esta noche
Me di cuenta: Soy yo quien ya no está.

Gthompson, 5-Sept -2012