En su
natalicio, 25 de Febrero,
recordamos
el himno en su honor:
No
fue nunca la divisa del instinto de matar;
ni
fue el rígido instrumento de la fuerza militar
provocando
las groseras ambiciones del poder:
fue
tu espada la divisa del honor y el deber.
Fiel
discípulo de Duarte, comprendiste el ideal,
y
sirviendo los destinos de la causa nacional,
disparaste
tu trabuco, que rugió como un león,
despertando
la conciencia y clamando redención.
La
Bandera fue tu culto, la Bandera fue tu altar,
y
dijiste: cuando vaya para siempre a descansar,
que
ella envuelva mi cadáver. Y moriste con honor
en
los brazos siempre abiertos de la enseña tricolor.
Y
después, cuando quisieron de la fosa recoger
tus
cenizas veneradas, un milagro pudo ser;
encontraron
la bandera, la Bandera tricolor,
reviviendo
en sus matices la grandeza de tu amor.