"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


miércoles, 9 de mayo de 2018

365 SONRISAS, SEMANA 18



La fe es el principio de la felicidad, o dicho al revés: la felicidad comienza la fe. Por eso hoy exploramos en la Biblia, algunos episodios en que la risa se hizo presente: 

SONRISA NO. 120
El nombre del hijo de Abraham, Isaac, significa “risa”. Quedó así para la historia la reacción de sus padres al recibir la noticia de que en sus avanzadas edades, Sara de 90 y Abraham de 100 años, concebirían y tendrían un bebé.  Digamos que fue una risa de incredulidad y sarcasmo. Sara lo recordaría cada vez que viera el rostro de su hijo. 

SONRISA NO. 121
“Cuando el Señor hizo volver de la cautividad a Sion. Nuestra boca se llenó de risa. Entonces decían entre las naciones: ¡Grandes cosas ha hecho el Señor con éstos! (Salmo 126:1-2) (Experimentar libertad después de una larga opresión, sin duda es motivo de gran regocijo).

SONRISA NO 122:
En el mismo orden anterior, Hay tiempo de llorar y tiempo de reír (Eclesiastés 3). Por eso, Job aun habiendo experimentado grandes calamidades, mantenía la esperanza segura de un nuevo capítulo en su vida,  asegurando que el Eterno “…llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo” (Job 8:21).

SONRISA NO 123
Lucas 10.21 registra un momento en que Jesús manifestó visiblemente emociones de alegría: En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agrado”

SONRISA NO. 124
El Padre, en la parábola del hijo pródigo, explica a su hijo mayor el porqué de su reacción al recibir al hijo menor que los había abandonado: Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado”. En general, el afecto de un padre por sus hijos es incondicional, y la restauración de un vínculo familiar se espera, sea motivo de regocijo.  (Lucas 15:31)

SONRISA NO. 125
En el mismo orden, Jesús contó también una parábola sobre una mujer que pierde una valiosa moneda.  Cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la moneda que se me había perdido” Les digo que así mismo se alegra Dios con sus ángeles[b] por un pecador que se arrepiente. (Lucas 15: 8-10). La tristeza que se experimenta cuando hemos perdido algo valioso, es real, pero las memorias tristes se esfuman tan pronto lo recuperamos.

SONRISA NO. 126
Jesús tiene un solo mensaje con las dos historias anteriores y esta tercera: La oveja perdida: Él entonces les contó esta parábola:  «Supongamos que uno de ustedes tiene cien ovejas y pierde una de ellas. ¿No deja las noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida hasta encontrarla?  Y, cuando la encuentra, lleno de alegría la carga en los hombros  y vuelve a la casa. Al llegar, reúne a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo; ya encontré la oveja que se me había perdido”. Hay un padre (Dios) que anda en busca de aquel hijo (El ser humano) que se ha alejado y extraviado de él. Cuando lo encuentra el gozo es inexplicable, inigualable.

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