¡Mesías de mi vida!,
que te muestras
frágil, cansado y sediento,
En calma y solitud.
De haber sido como
Marta,
Te habría ofrecido un café.
Pero como María,
preferí quedarme absorta
Mirándote y
escuchándote.
¡Me deslumbras, aun así,
sencillo, manso y humilde!
¡Me deslumbras, aun así,
sencillo, manso y humilde!
Y como la samaritana,
considero abrirte el corazón
En caso que me ofrezcas agua viva,
De esa que se toma,
una vez y para siempre.
GThompson Mayo
22,2018
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