Hoy
escuché la reflexión que hizo Jesús Adrián Romero en el capítulo 12 de su
peregrinar, sobre si el dolor implica renunciar. El expresa que, cuando el dolor se agudiza, a veces es necesario
renunciar, pero en general no se renuncia por causa del dolor. En la vida hay
dolor que es normal y que es necesario. A veces nos hace bien, cuando produce
buenos frutos en nosotros, vale la pena. Jesús por ejemplo en el Getsemaní, propuso
renunciar si había alternativa a aquella dura
y amarga copa que le esperaba. Gracias a Dios no lo hizo. En la vida hay
muchas cosas bonitas que nos pueden ayudar a mitigar el dolor, la belleza de la
vida sobrepasa por mucho los momentos difíciles que se puedan experimentar.
---
El
dolor es de humanos y los cristianos también lo experimentan, aunque, ¡Claro!
Tenemos un Consolador. Si en la tristeza de un duelo en vez de abrazarte te
amonestan que no debes llorar, no te están ayudando. Jesús lloró ante la tumba
de su amigo Lázaro, aun teniendo el plan de resucitarlo minutos después. Horas
antes de su pasión, también le dijo a sus discípulos que estaba triste, que
oraran con él. Expresar nuestra tristeza no significa que dudemos de nuestra
gran esperanza, ni del amor y fidelidad de Dios, ni se hace menos fuerte
nuestra fe. Dios lo sabe, y lo entiende; se acuerda que somos polvo. Al hermano
que quiera llorar a tu lado, préstale tu hombro y búscale un pañuelo.
---
“Por
alguna razón u otra, en ocasiones, nos acostumbramos a vivir en el dolor. Por
alguna razón, a veces recibimos mayor satisfacción mientras estamos en ese
lugar, cuidados o lo que parece ser cuidados, como el vientre de una madre, a
oscuras, en vez de enfrentarnos a la nueva vida que Dios tiene para nosotros” _
Pastor Otoniel Font
---
Apocalipsis
21:3-4, es una cita bíblica que abre la puerta de la esperanza ante el dolor
humano:
Oí una potente voz que provenía del
trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él
acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con
ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá
muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de
existir.»
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son bienvenidos!