"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


jueves, 24 de mayo de 2018

AFORISMOS DE DOLOR


Hoy escuché la reflexión que hizo Jesús Adrián Romero en el capítulo 12 de su peregrinar, sobre si el dolor implica renunciar. El expresa que, cuando el dolor se agudiza,  a veces es necesario renunciar, pero en general no se renuncia por causa del dolor. En la vida hay dolor que es normal y que es necesario. A veces nos hace bien, cuando produce buenos frutos en nosotros, vale la pena. Jesús por ejemplo en el Getsemaní, propuso renunciar si había alternativa a aquella dura  y amarga copa que le esperaba. Gracias a Dios no lo hizo. En la vida hay muchas cosas bonitas que nos pueden ayudar a mitigar el dolor, la belleza de la vida sobrepasa por mucho los momentos difíciles que se puedan experimentar.
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El dolor es de humanos y los cristianos también lo experimentan, aunque, ¡Claro! Tenemos un Consolador. Si en la tristeza de un duelo en vez de abrazarte te amonestan que no debes llorar, no te están ayudando. Jesús lloró ante la tumba de su amigo Lázaro, aun teniendo el plan de resucitarlo minutos después. Horas antes de su pasión, también le dijo a sus discípulos que estaba triste, que oraran con él. Expresar nuestra tristeza no significa que dudemos de nuestra gran esperanza, ni del amor y fidelidad de Dios, ni se hace menos fuerte nuestra fe. Dios lo sabe, y lo entiende; se acuerda que somos polvo. Al hermano que quiera llorar a tu lado, préstale tu hombro y búscale un pañuelo.
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“Por alguna razón u otra, en ocasiones, nos acostumbramos a vivir en el dolor. Por alguna razón, a veces recibimos mayor satisfacción mientras estamos en ese lugar, cuidados o lo que parece ser cuidados, como el vientre de una madre, a oscuras, en vez de enfrentarnos a la nueva vida que Dios tiene para nosotros” _ Pastor Otoniel Font
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Apocalipsis 21:3-4, es una cita bíblica que abre la puerta de la esperanza ante el dolor humano:


Oí una potente voz que provenía del trono y decía: «¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.»

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