"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


viernes, 14 de mayo de 2021

PRUDENCIA: UNA CUALIDAD PARA TODOS

 


Leyendo la Biblia en Tito capítulo 2 he encontrado la exhortación del apóstol Pablo a los creyentes, segmentándolos por edad y género.  A los hombres, mayores y jóvenes y a las mujeres mayores y jóvenes y  a les invita a modelar una serie de cualidades que varían entre un grupo y otro. Sin embargo, una palabra en común que se repite para cada segmento resaltó ante mis ojos de manera particular, una condición que se espera  acompañe a todo cristiano sea joven, maduro, hombre o mujer: Prudencia.

La prudencia se define como “Actuar o hablar con cuidado, de forma justa, adecuada, con cautela, moderación, previsión, reflexión y  sensatez para evitar posibles daños, dificultades, males o inconvenientes.”

La prudencia implica consideración a uno mismo y a los demás, respeto, dominio propio, capacidad de pensar y disciplina.  Es hermana de la sabiduría y de la responsabilidad.  Puede ser esa “voz de la razón” que a veces ignoramos para luego lamentarnos.

La prudencia contrasta con la temeridad, con el actuar compulsivamente y con el hábito de ser inoportunos.

Sin embargo, es bueno señalar también que la prudencia en exceso puede tener sus desventajas, porque, a causa de ella, nuestro nivel de “atrevimiento” para realizar algunas acciones puede verse frenado. Es importante entonces verificar si la estamos confundiendo con timidez.  La timidez puede impedirnos hacer una llamada, tocar una puerta, emprender alguna iniciativa, e incluso sufrir por prolongar enfrentar situaciones que requieren confrontación, etc. Entonces estaríamos en el plano de las excusas como aquella frase: “El león está fuera, seré muerto en la calle” (Proverbios 22.13). La prudencia actúa oportunamente, por lo cual, los resultados son mejores.

Pero la falta de prudencia provoca muchos problemas y  muchas desgracias: conflictos, problemas de salud, problemas financieros,  accidentes de toda magnitud, guerras entre naciones, y un largo etc.

Mi lectura de Tito capítulo dos, reitero, me guía a pensar que la prudencia es indispensable en cada etapa de la vida, para una mejor convivencia, para prevenir o mitigar situaciones no deseadas.  

“Sé prudente. Lo mejor en todo es escoger la ocasión.” --Hesíodo


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