"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


viernes, 9 de diciembre de 2022

REVERDECER

 

Ocasionalmente compro pequeñas plantitas ornamentales para decorar espacios pequeños, como un estante en el baño o sobre mi área de trabajo. Al estar limitadas a una base o tarro tan pequeñito, usualmente estas plantitas tienen una vida limitada. Al no servir más, suelo deshacerme del tarro y adquirir una nueva.

Con esta que comparto en la foto, sucedió que al secarse completamente la plantita original, la moví de lugar, pensando que aun seca tenía cierto atractivo que podía extender el tiempo antes de tirarla y sustituirla.  Recuerdo que estuvimos fuera de casa un fin de semana largo y al regresar, de entre las ramitas secas empezaban a brotar nuevos retoños verdes. Me maravillé de pensar que, en circunstancias restringidas, sin cuidado ni agua, esta plantita resurgió, y me convenció de que vale la pena conservarla y apreciarla.

En la escritura, Salmo 92, versos 12 en adelante, encuentro un paralelo en la vida del creyente y lo que esta plantita me ha ilustrado:

 

 El justo florecerá como la palmera;

Crecerá como cedro en el Líbano.

Plantados en la casa de Jehová,

En los atrios de nuestro Dios florecerán.

 Aun en la vejez fructificarán;

Estarán vigorosos y verdes,

Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto,

Y que en él no hay injusticia.

Hay etapas en nuestra existencia, en que podemos sentirnos como esa plantita seca; hay momentos que nuestra existencia parecer haber llegado a un punto de improductividad, sequedad, esterilidad, sin sentido. Muchas veces esta situación está asociada a la pérdida del empleo, a la soledad, al retiro, a la pérdida de un ser amado. Estas situaciones pueden llevarnos a conclusiones muy desalentadoras sobre el futuro. Pero el final puede tomar otro giro.

Cuando nos hacemos conscientes de la obra que Dios es capaz de hacer en nosotros,  cuando nuestra fe está fundamentada en su Palabra y sus promesas, cuando nuestras limitadas fuerzas son invertidas en obras de justicia, entonces, ninguna limitación o carencia evitará que logremos reverdecer, resurgir, dar fruto como árboles que  han experimentado otoños… pero que reinician el ciclo, con nuevas ramas ( Nuevas ocupaciones, talentos a desarrollar, ministerios en qué servir…) que adornan la obra de Dios.

No volveré a tirar una plantita, como Dios no me desecha en mi esterilidad, si no que me da la oportunidad de reverdecer.

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