lunes, 7 de abril de 2025

SIGUIENDO A JESÚS

Hoy quiero invitarte a reflexionar conmigo sobre lo que realmente significa seguir a Jesús. A veces usamos esa expresión con ligereza, como si se tratara de ser fan de una figura pública, de seguir famosos en redes sociales o simplemente de admirar a alguien desde lejos. Pero Jesús nos muestra que seguirle implica mucho más.

Sea cual sea el costo.

Mateo 8:18-22, Jesús nos hace ver que seguirlo tiene un costo. Uno de los hombres que se le acercó quería seguirlo, pero primero quería enterrar a su padre. La respuesta de Jesús puede parecer dura, pero nos enseña que los verdaderos seguidores de Cristo no se aferran a lo temporal, porque saben que su ciudadanía está en los cielos. Los seguidores de Jesús son peregrinos, y eso significa que a veces habrá que dejar atrás comodidades, planes personales o incluso expectativas familiares.

Sea cual sea la tormenta

Después, los versículos 23 al 27 nos llevan a una barca en medio de una tormenta. Jesús está con sus discípulos, pero ellos sienten que todo está fuera de control. ¿No te has sentido así a veces? Como si las tormentas de la vida fueran demasiado fuertes y Jesús pareciera estar dormido. Pero Él sigue siendo el Señor del viento y del mar. Solo su palabra basta para calmar la tempestad. La pregunta sigue siendo la misma hoy: ¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Sea cual sea la oposición

Finalmente, en los versículos 28 al 34, Jesús enfrenta una oposición inesperada. Libera a dos hombres poseídos. Es curioso notar que los evangelistas narran este episodio con algunos detalles diferentes. ¿Por qué? Tal vez porque cada uno enfatiza un aspecto distinto de lo que vieron. Lo importante es que todos coinciden en lo esencial: Jesús tiene autoridad sobre el mal.

Y aún más impactante es cómo la gente del pueblo reacciona: prefieren que Jesús se vaya antes que permitir que transforme sus vidas. Hoy también podemos cerrar el corazón. Si le decimos que no, una y otra vez, llegará el momento en que Él respetará nuestra decisión y se apartará.

Seguir a Jesús no es un camino fácil, pero es el único que lleva a la vida. Sea cual sea el costo, la tormenta o la oposición, vale la pena seguir al Maestro.

He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás.