Al exhibir la camiseta y promociones de la Campaña “Alto al hambre”, he notado un factor común en las reacciones de varias personas. Enseguida una señora me dijo: “Ay justamente ahora tengo mucha hambre…” mi hermano esta mañana, al verme dijo: ”Eso acabo de hacer, detener mi hambre (se había desayunado)… cito esas entre otras reacciones similares.
Mi lectura de esta experiencia es: ¡No sabemos lo que es el hambre! ni estamos en sentido general conscientes de la realidad de los efectos del hambre en el mundo. Esta causa no se trata de mí, ni de usted que tiene acceso a internet: No se trata de mì, que elijo qué quiero comer, cuánto y cuándo…se trata de gente excluida, vulnerable y sin opciones… Ojalá Dios abra nuestros ojos, nuestras mentes y corazones para solidarizarnos con realidades tan duras como esta que nos abruman y que parecen irreparables, pero que si todos apoyamos, se puede provocar un cambio.
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