"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


jueves, 21 de junio de 2012

DESPUES DE LA CUMBRE ¿QUE?



El nombre de Terry Francona ha de estar escrito en letras doradas en los capítulos más luminosos de  historia de los Medias Rojas de Boston. Apenas asumió como manager del equipo, bajo su gestión se hizo posible la hazaña que por décadas no se había logrado: ganar la serie mundial en el 2004 y  una segunda vez en el 2007. Desde entonces, parte de mi interés al ver algunas entradas de los partidos que jugaba el equipo, era detenerme a estudiar el rostro, gestos y expresiones de su dirigente. Yo percibo que el equipo no es el mismo luego de su ausencia. 

Pero Independiente de las simpatías y de los efectos mediáticos que el fanatismo deportivo genera, el beisbol es un negocio. Y si ningún jugador es en sí un activo fijo para ningún equipo en esta industria, tampoco lo es un manager.  Francona pasó de ser un excepcional y exitoso gerente a ser analista para un medio de comunicación deportivo.  Hoy, desde fuera del terreno, no toma decisiones, sino que pondera las que otros toman, plantea escenarios, opciones, diagnósticos y pronósticos. 

Del deporte siempre hay incontables lecciones gerenciales en las que reflexionar.  A propósito de Francona me vienen a la mente dos proverbios:
 Uno: Si no pasas la antorcha, se te puede quemar la mano. No se qué momento es ese, pero a nivel gerencial, puede haber un punto en el que alguien, independientemente de los logros alcanzados en el ejercicio de su liderazgo, siente que debe dejar un puesto de dirección, u otros que tienen el poder de decidirlo son los que dan el paso de removerlo. En el segundo caso, la tentación de retener el poder más allá de lo prudente o establecido, puede viciar una gestión. He usado aquí el término liderazgo, porque el poder de la influencia trasciende a la autoridad inherente a una posición. Por eso es posible una transición de gerente a consultor, de ejecutor a  facilitador. 

Dos. Quién está en la selva no ve los leones. Los que han salido del terreno de juego  no tienen la responsabilidad de las decisiones, pero tienen el expertise para guiar a quienes sì la tienen; son capaces de ver un cuadro más amplio que aquellos que están en plena acción. De ahí la relevancia de contar con un acompañamiento óptimo a nivel gerencial, provisto por un elemento externo, no afectado por intereses ni subjetividades, que en un momento dado refuerce a un equipo para mejorar su estrategia, aclarar su visión, considerar sus opciones y consecuencias y que finalmente pueda alcanzar sus propias conquistas. 

Por tanto, después de llegar a la cumbre, ¿Qué? ¿Bajar a vivir en el ostracismo autoimpuesto? De ninguna manera. Cuando algunos se dan por retirados de la pelea, otros dicen: “Ahora es que comienza la batalla”. 

-Gthompson, 21-6-12

1 comentario:

Sus comentarios son bienvenidos!