Mis Libros son muy pacientes y
esperan por mí todo lo que tengan que esperar. Esta joya de la Fundación
Peter Drucker, The Community of the
Future, la adquirí en 1999, pero lo leo por segmentos, siendo que es una
colección de ensayos de diversos autores.
Una de estas madrugadas en que el sueño se ausentó de mi habitación, me
fui al sofá de lectura y me decidí por él. Paseando por los títulos, tuve la grata
sorpresa de hallar un capitulo escrito por Su Excelencia, Dra. Inonge Mbikusita
–Lewanika: “La comunidad en el tercer y
el cuarto mundo”.
Y antes de leer, me remonté al aula
en que tuve el enorme privilegio de ser alumna de esta dama, que en ese momento
era la embajadora concurrente de su país
(Zambia) en Estados Unidos y otros países de la región, incluyendo República
Dominicana. Sin embargo, nuestro
encuentro académico fue en el contexto del currículo de liderazgo del Instituto
Haggai en Maui, Hawai, en el año 2004.
Después del breve paseo por mis
memorias, comienzo a leer sobre un tercer
y un cuarto mundo, y el escenario de reflexión de la autora es África,
describiendo con claridad las fronteras y contrastes entre las zonas
“colonizadas” y las rurales en África.
Las comunidades urbanas, que concentran familias adineradas, viven desconectadas de las zonas vulnerables y
excluidas. Allí, describe Inonge, hay
dos realidades distintas en términos de comunidad. Hay una parte de África que,
aunque contribuyó significativamente al avance e industrialización del primer
mundo, fue “dejada en un limbo”, África se “paralizó” en su propio ritmo de
progreso para facilitar el progreso en cualquier otra parte. Mientras las areas colonizadas tienen casi todo
en común con las naciones industrializadas, con un sentido de familia y
comunidad que se ha diluido, las zonas rurales conservan la cercanía de la
unidad, donde la paternidad es socializada de manera que los niños pertenecen a
todos. La tierra es una preciada posesión que es el legado de generación en
generación; la gente come los productos frescos de la tierra; Hay afinidad,
compañerismo, asociación, y prevalecen
las relaciones humanas. Pero preservar
este clima de comunidad es un reto a futuro.
Plantea la escritora, nieta del Rey Lewanika I, que las gentes del cuarto mundo[1] están presionados por todos lados, no están
en la agenda de las naciones en términos de desarrollo, planes o presupuestos.
Es un mundo ignorado, desprovisto absolutamente de poder para participar de
los cambios que se están operando en el mundo. La autora propone una reeducación
de la niñez y la juventud en estos contextos, para que en una comunidad futura
se reduzcan las brechas y se establezcan políticas de inclusión.
[1] Se habla
de cuarto mundo para separar a los países en estado de marginalidad y
precariedad absoluta de los países en desarrollo y los emergentes. el cuarto mundo
estaría compuesto por países tales como Zambia, Costa
de Marfil, Haití,
Guinea, Sudán, Etiopía,
entre otros. (WIKIPEDIA).
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