Diez personas alrededor de una mesa
trabajando juntos por horas, y sin embargo, hubo un punto en el que todo y todos
quedaron como un trasfondo y el coloquio se transformó en un diálogo entre él y
yo. Yo no quería ni hablar, solo oír esa voz cautivante que, evidentemente, se
desconectó del resto y me abordó a mí, ¿El tema de sobremesa? La locución. Yo
pensaba dentro de mí: “ Oh Dios pellízquenme” . Estaba frente a uno de los magníficos
talentos de CNN en Español y yo era el centro de su atención. ¿Cómo escapar de
una burbuja de encanto en la que caes de
repente?
Su productor intervino al discreto
llamado del famoso locutor, quien le susurró algo al oído. Este, cual lazarillo
ayudante, debía resolver algo. El productor, con tono afable se dirigió a mí y
me dijo: "Pareces una chica amable, por eso tengo la confianza de pedirte esto a
ti: (¡¿¿???!) Fulano (El locutor) fuma y tiene varias horas nervioso, porque no
tiene fósforos. ¿Podrías conseguirnos algo para él encender su cigarrillo?" Y entonces
el príncipe de voz extraordinaria sacó de su chaqueta un cigarrillo y lo sostuvo
entre sus dedos como si su alma estuviera dentro de ese pequeño cilindro.
Me aturdí con la petición y sentí que sí, me habían
pedido algo un tanto incomodo para mí; pero me ausenté un rato y regresé con
los cerillos. Avancé de frente hacia el locutor como una modelo de pasarela,
con la cajita de fósforos discretamente atrapada
en mi mano derecha. Lo miré de frente y el mundo se me fue al piso. Puse la caja en su mano con discresiòn, engolé la voz y le dije lo que había ensayado en el
breve trayecto de regreso: “Con gusto encendería su cigarrillo, pero tengo una
campaña contra el tabaco”. El soltó ambas cosas en la mesa, en un gesto breve
de disgusto, no los volvió a tocar y pensé que había desistido de fumar allí. Levantó
su rostro hacia mí, y ahora estaba iluminado con una sonrisa de niño
travieso, con una mirada entre seductora y desafiante.
Entonces fue él quien
engoló la voz y me dijo: “Un comercial de cigarrillos en tu voz sería
extraordinario, y un comercial de cigarros con tu voz y la mía nos catapultaría. Lo escucharían en toda la región de
habla hispana, y quizá la gente ni compre el cigarro, pero de que se detendrían
a escucharnos nos escucharían, y te ganarías un viaje de plata por 30 segundos
de tu voz”.
(Mi mente recorrió muy rápido el inventario de
comerciales que he grabado: para escuelas e iglesias nada más). Y me atreví a
decir, “Eso estaría en contra de mis principios”, Entonces
su productor intervino y me dijo: “Es que no sabes cuánto sería la plata”
–Su comentario me hizo reír mientras respondía
“Oh! Tendría que ser mucha, mucha plata!” y desperté entre carcajadas…justo antes de vender mi alma. Hace días que
no soñaba nada interesante.
Oración matutina: “Señor líbrame de las
tentaciones. Amén”.
Posdata: Fumar es perjudicial para la salud.
Gthompson.
11-8-12
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