"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


sábado, 6 de diciembre de 2014

MES DE DICIEMBRE

Por Telesforo Isaac

Antífona del mes de diciembre: “Nuestro Rey y Salvador se acerca: vengan y adorémosle”.

El mes de diciembre es un período de altas y bajas en múltiples fases de las vidas personales y de las sociedades de la Civilización Occidental.  Muchas son las variables que se experimentan al fin del año secular: se enmarañan los sentimientos; se incrementan las actividades comerciales; hay inventarios y  análisis contables de activos y pasivos;  crecen los actos litúrgicos para conmemorar y recrear la profecía del advenimiento de Jesucristo y la expectativa su segunda venida; hay actos culturales, fiestas y alegrías eufóricas; pero también tristeza, melancolía, y depresión psíquico-mental o desconsuelo espiritual.

Los templos cristianos, las viviendas, los comercios, los parques de recreación, y aun las calles, son engalanados con luces multicolores, artefactos,  y muñecos de influencia foránea. Algunas personas intercambian  o reciben regalos, bonos, un decimotercer mes de salario, u otras donaciones y regalos. La animación y las fiestas de la época, antes, durante y después de la Navidad, se hinchan como masa de harina fermentada con levadura; más se  decae prontamente, y puede dejar  estragos de amargura  y condiciones emocionales devastadoras. Lo que viene después de las festividades del mes de diciembre azota comúnmente a todos los miembros del pueblo, de una forma u otra.
El período en espacio y tiempo de  celebraciones y gozo es efímero y pasajero, porque deja estelas de metas no alcanzadas, excesivos gastos innecesarios, y problemas de deudas a pagar con mucha dificultad. Por no pensar y actuar correctamente, muchas personas se dejan llevar de la animación  durante del mes de diciembre, para luego caer en un profundo abismo de desilusión, complicación  económica, resaca espiritual,  y complejidad emocional.
El mes de diciembre es un tiempo en que se debe pensar bien, ser ponderado, y actuar con prudencia,  para no estropear y desvirtuar  el curso normal que se debe llevar en la vida de una persona   sensata, y de una familia bien organizada.

La vida llevada a cabo sin la adecuada disciplina, visión, equilibrio,  estabilidad emocional, puede llevar a la persona, a la familia y al conglomerado social,  a una existencia que parece un estanque vacio,  pozo seco, plantío sin roció, desierto árido, rió desecado, o como túnel sin salida. Cuando no se hace lo que es apropiado y posible según los recursos que se manejan, se encaminará y caerá en el despeñadero económico, desliz espiritual, y por esta consecuencia habrá quebranto mental y descorazonamiento.


Diciembre puede ser un tiempo de vivencia social, de emprendimiento comercial, de reuniones familiares y fraternas, de remembranzas del nacimiento de Jesús el Salvador, de esperanza del retorno del Juez y Redentor, un tiempo de alegría y gozo. Sí, pero hay que pensar y actuar con moderación y buen juicio, para luego estar en sosiego y cantar con  alegría: “¡Oh santísimo, felicísimo, grato tiempo de Navidad!”

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