Se
atribuye al genio Albert Einstein haber dicho que “cada día sabemos más y
entendemos menos”. Muchos estarán de acuerdo en que La sabiduría no es igual a
conocimiento. Puede que la habilidad y destreza tecnológica de la presente
generación haga sentir como analfabetos
a los más adultos, pero la pregunta es: ¿es consistente el avance la ciencia
con la realidad de la mayoría de los habitantes de este planeta?
¿Quién
es sabio y entendido? Pregunta Santiago en la Biblia, y establece que estas
condiciones se evidencian en una conducta coherente. El entendido tiene la
posibilidad de aplicar su sabiduría y experiencia a situaciones prácticas para
hacer el bien.
La
realidad debajo del sol es que el ser humano, tristemente, muchas veces canaliza el conocimiento para
acciones perjudiciales. Asi sabemos de inventos de alta tecnología que se han
convertido en armas de destrucción, y de mentes privilegiadas que han
desarrollado virus informáticos o realizado fraudes electrónicos de gran
escala.
Por
eso el libro de Santiago, en la Biblia (Capítulo 3:13-18), habla de dos tipos de sabiduría: una terrenal, caracterizada por
un corazón ajeno a Dios, y que responde
a intereses egoístas y usualmente malignos. Otra, de “lo alto” amante y
promotora de la paz, razonable, amable, de buena fe, llena de misericordia,
útil para unificar, para promover solidaridad, para buscar respuestas para el
bien de todos.
Los
sabios y entendidos son el freno moral de esta sociedad, los que resisten el
avance de la agenda del mal, propiciando
que rija la justicia y la sensatez. ¿En
qué lado está usted?
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