Muchas personalidades de la vida pública, famosas, admiradas y ricas,
afirman públicamente sentirse “plenamente realizadas”, sin embargo, ¿lo son en
realidad, sabiendo nosotros de sus escándalos, divorcios, vicios, adicciones y
hasta suicidios? ¿Es el dinero, la posición social o la popularidad lo que
determina la satisfacción de existir? ¿Es entonces la realización personal un
privilegio para pocos?
Permítame compartir
estas notas que usé hace varios años en
una conferencia, para reflexionar sobre cómo vive una persona realizada, usando como
base algunas citas de la Biblia, de
manera que nos sirvan como un espejo en el que se refleje nuestra propia vida y
veamos qué tenemos y qué nos falta para nuestra realización personal.
Una persona
realizada vive conscientemente.
Eclesiastés 11:9 es un pasaje dirigido a jóvenes,
pero aplica para todos los que temerariamente abusan de su libertad sin medir
consecuencias: Jóvenes: disfruten de su juventud, sean
felices, sigan los impulsos de su corazón y gocen de la vida. Pero siempre
tengan presente que Dios los juzgará por todo lo que hagan.
Vivir conscientemente
significa estar claros de todo lo que tiene que ver con nuestros valores y
principios. Es estar en el momento sin descuidar el contexto. Vivir
conscientemente es ser responsable de nuestra vida y nuestra conducta y de
nuestras actitudes ante los desafíos de la vida.
Una persona
realizada se acepta a sí misma.
“Ama a tu
semejante como te amas a ti mismo ”Mateo 22:39
Aunque el énfasis de
la cita sea amar al prójimo, da por sentado que uno debe amarse a sí mismo. No
se trata de egoísmo, sino te tener un concepto equilibrado de uno mismo. La autoestima sana es valorarse a sí mismo, reconocer lo bueno y
lo malo que forma parte de nosotros. Afirmar
las cosas que sabemos hacer bien, reconocer las cualidades que nos gustan
y las que no nos gustan de nosotros mismos. Esto especialmente para analizar
lo negativo y hacer decisiones de mejorar.
Una persona
realizada vive con propósito.
Es una persona cuya
vida tiene sentido, que tiene metas claras y vive productivamente.
Pasos:
-Busca la dirección
de Dios: Salmo 32:8
-Define por escrito
la misión o propósito de tu vida, aunque con el tiempo la vaya “redireccionando”
-Define los planes a
poner en acción para lograr ese propósito.
Una persona
realizada valora a los demás.
Los seres humanos somos
interdependientes, es decir, que mucho de nuestro éxito se debe al apoyo de
otros, y el éxito de otros al se debe
al apoyo nuestro. Cuidarnos de usar a
los demás egoístamente, ni atribuirnos méritos ajenos, sino más bien
reconocerlos humildemente.
Saber discutir y
resolver las diferencias sin atropellar a los demás.
Hacer bien a todos y
estar en paz con todos en cuanto dependa de nosotros.
Una persona realizada
tiene una correcta relación con Dios.
En Juan 15:5 Jesús
dice que separados de él no logramos nada. Yo
soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, producirá
mucho fruto, pues separados de mí, ustedes no pueden hacer nada.
Por eso, aun con
éxito de acuerdo a la definición de nuestro sistema, muchos siguen siendo
infelices. Bien lo dijo Blaise Pascal, “En el corazón de todo hombre existe
un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por
ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido
mediante Cristo Jesús.” Piénselo.-
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