En
las últimas tres semanas he tenido la oportunidad de facilitar el estudio de la
Escuela Bíblica en mi congregación local,
basándonos en la Primera Carta de
Pedro, en el Nuevo Testamento. Es una epístola que nos anima a reconocer la esperanza a la
que los creyentes han sido llamados y cómo vivir emulando a Cristo, quien en
todo nos dio ejemplo, incluyendo el experimentar gozo a pesar del sufrimiento.
Por
obra de Dios, en estos mismos días me enteré de la publicación de un libro
basado en esta misma carta de Pedro y tuve la satisfacción de pedir a su autor,
el hermano Wilfrido Payán, misionero, predicador y escritor, que me enviara un
ejemplar. Enseguida lo tuvimos a mano, empezamos
a sacar provecho de este recurso, que está escrito en una forma muy digerible y
relevante para los creyentes de este tiempo, con impecable redacción.
En
el prefacio, el escritor plantea: “Ser parte de un conjunto de creyentes
expatriados especialmente por su fe, puede resultar muy difícil para cualquier
hijo de Dios. Movido por el Espíritu Santo , el apóstol Pedro dirigió sus escritos a tales creyentes
, confortándoles con enseñanzas y exhortaciones prácticas
que siguen siendo relevantes para nosotros, aunque vivamos en
países más receptivos y tolerantes al
evangelio.”
Muy
valiente Payán al publicar en este tiempo contra los pronósticos adversos a la
demanda del libro impreso. Su esfuerzo por bendecir al pueblo de Dios con esta
publicación no debe ser desaprovechado.
Se ve muy interesante
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