Cuando de liderazgo se trata,
se espera que una persona que tenga el rol y la posición de liderar, guiar o supervisar a otras personas reúna características esenciales que lo hagan apto para
tales fines.
El autoliderazgo es el fundamento de todo, porque implica que uno es líder de sus propios
procesos. El autoliderazgo requiere introspección y autocritica para ponderar nuestras fortalezas y
debilidades.
A su vez, el autoliderazgo
está constituido de una serie de atributos tales como la capacidad de autodirigirnos, de fijarnos unos
objetivos y llevarlos a cabo. Esta cualidad requiere no solo de una intención,
sino de un ejercicio de definición y establecimiento de metas. Si el líder no
es capaz de definir su propia misión, si no tiene sentido de dirección ¿A dónde
va a guiar a los demás?
Asimismo, es necesario el autoconocimiento, la identificación de
nuestras fortalezas y debilidades, lo que a su vez nos ayudará a integrarnos
con nuestro equipo de colaboradores, ofreciéndoles nuestro apoyo en lo que
somos fuertes y solicitando su ayuda en lo que somos débiles. Esto crea
equilibrio e integración y la conciencia de que nos necesitamos unos a otros.
Sumemos a lo anterior el Autocontrol, el dominio de nuestras
emociones y nuestro ego, y administrar adecuadamente nuestros sentimientos. El
autocontrol o dominio propio es una cualidad indispensable para lidiar con las
situaciones y oportunidades cotidianas. La falta de autocontrol nos hace actuar por impulso y tomar
decisiones inadecuadas de las cuales podemos lamentarnos posteriormente. El
autocontrol ha evitado muchos fracasos y tragedias en la vida.
Un factor clave: Autodisciplina, imprescindible para
alcanzar los objetivos. En una generación distraída por tantos
entretenimientos, redes sociales e intensa actividad, en medio de
interrupciones e imprevistos, se requiere disciplina para enfocarse, priorizar, llevar agendas, dar seguimiento y monitorear
el cumplimiento de los objetivos.
Y para completar: Automotivación: en fuertes dosis, ajena a cualquier deseo de relajarnos o abandonar.
No podemos esperar a que nos vengan a motivar. Es una cualidad intrínseca del
líder auto arengarse y sin importar las circunstancias responder como el
soldado cuando le preguntan cómo está la
moral y responde: “Alta, altísima, a mil
pies de altura señor!!!, un soldado no nace, se hace, lo posible está hecho, lo
imposible lo haremos señor!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son bienvenidos!