UN GUSTAZO DE CREDITO, UN TRANCASO DE DEUDAS

Imagen: Pixabay,  uso libre 

Cuando vemos televisión  en casa, usualmente presionamos el botón  de silenciar durante los comerciales, pero un momento de esos  en que no lo hicimos, me causó contrariedad la secuencia de unos anuncios que presentaron. El primero  explicaba cuán fácil y rápido puedes obtener un préstamo sin siquiera moverte de casa, utilizando  el app de la  entidad financiera, y así cumplir uno de sus deseos o anhelos, comprar, viajar, remodelar la casa….  El siguiente comercial invitaba al televidente a no perder la esperanza de recuperar su crédito, dañado por la incapacidad de repagar sus deudas, ofreciéndole un plan para resolver su agobiante situación de endeudamiento.  Tal vez los que pautaron la secuencia de los comerciales, no tomaron en cuenta la  incoherencia, pero tal vez muchos no se detengan a observarlo.

 Volví a pensar en el tema recurrente que ocupaba mis días sirviendo en una institución de microfinanzas: la educación financiera. Pensaba que el crédito es una realidad casi inevitable en el mundo de hoy, e incluso recomendable en el mundo corporativo, pero que es una necesidad imperativa saber administrarlo ¿Cómo se llega entonces al punto  en que se necesita la oferta del segundo anuncio? Puede haber situaciones que obliguen a alguien a endeudarse sin querer, como una crisis de salud, desempleo prolongado, o bajos ingresos en proporción a los gastos en  necesidades fundamentales. Pero el porcentaje puede sorprendernos cuando se trata gastar compulsivamente sin medir las consecuencias.

Una persona se considera sobreendeudada cuando tiene dificultades para hacer frente a sus obligaciones financieras debido a un nivel excesivo de deudas en relación con sus ingresos y capacidad de pago. Esto puede ocurrir cuando los gastos mensuales para pagar deudas, como préstamos, tarjetas de crédito o hipotecas, superan significativamente los ingresos disponibles.

Algunos signos comunes de que una persona puede estar sobreendeudada incluyen el No poder hacer frente a los pagos mínimos de las tarjetas de crédito o préstamos. Lo ideal es que el monto al corte de una tarjeta sea posible de pagar en su totalidad, para no generar altos intereses que se pueden convertir en una bola de nieve. 

Recibir notificaciones de retraso o atraso en los pagos de deudas e incurrir  en nuevos préstamos o tarjetas de crédito para pagar deudas existentes es una gran trampa que incrementa el problema. Es un riesgo enorme estar constantemente en el límite de las tarjetas de crédito o utilizar muchas tarjetas con altos saldos.

La contraparte de las deudas es el ahorro, así que, cuando estamos sobreendeudados se produce también incapacidad para ahorrar o establecer un fondo de emergencia debido a las obligaciones de deuda.

El sobreendeudamiento también implica experimentar una elevada ansiedad o estrés relacionado con los problemas financieros.

Si una persona se encuentra en una situación de sobreendeudamiento, es esencial abordar el problema y tomar medidas para mejorar su situación financiera. Algunas opciones para manejar el sobreendeudamiento pueden incluir:

1.    Crear un presupuesto realista y seguirlo para controlar los gastos.

2.    Priorizar las deudas y pagar las más costosas o con tasas de interés más altas primero.

3.    Buscar asesoramiento financiero o crédito con organizaciones especializadas.

4.    Negociar con los acreedores para establecer planes de pago más asequibles.

5.    Considerar opciones de consolidación de deudas si es apropiado.

6.    Evitar adquirir nuevas deudas hasta que la situación esté bajo control.

En última instancia, el objetivo es reducir la carga de deudas y equilibrar la situación financiera para evitar futuros problemas y recuperar la estabilidad económica. Es un camino que requiere disciplina y recordar las lecciones que la experiencia le ha dado.