¡Un minuto más de acción y me desmayaría! Así terminamos de exhaustas muchos de nuestros días, las mujeres cuya dinámica de vida implica doble jornada: laboral y doméstica.
Un aspecto muy importante de la situación lo constituyen los quehaceres del hogar. Alguien dijo con acierto que los trabajos del hogar nunca terminan. Y es así, cuando se acaba de limpiar la cocina y está reluciente, ya es tiempo de preparar otra comida. Cuando toda la ropa está limpia y planchada, al día siguiente hay otra cantidad mayor para lavar. Así es la vida y más vale no angustiarse por eso, sino buscar la sabiduría de Dios para realizar mejor los trabajos que tenemos a diario. Analicemos cada una nuestro hogar, los trabajos que hay que realizar y calculemos cuanto tiempo requiere cada trabajo:
Al pensar por ejemplo en la comida, hay que considerar que esto incluye hacer las compras, cocinar, poner la mesa, luego lavar los platos y colocarlos de regreso en su lugar.
Hay que atender también el aseo de la casa. Poner cosas en orden, limpiar pisos, baños. Hay que tener cuidado de la ropa de la familia, lavado planchado, organizar la ropa en roperos, closets o gaveteros.
Atender a los hijos, si son pequeños habrá que cambiar pañales, preparar y dar biberones, y una atención constante. Si son más grandes, hará falta enseñarles y disciplinarles, supervisar sus tareas de la escuela, conversar con ellos. Si son jóvenes y aun viven en casa, la comunicación es vital ya que debe mantenerse una relación de respeto mutuo y consejos cuando sea necesario.
Y en las ocupaciones del hogar, debemos incluir también la atención al esposo, no por mencionarlo de último es de menor importancia. Reitero tú, como mujer competente, eres capaz de establecer tus prioridades. Esta atención a la pareja incluye comunicación con él cada día, compartir experiencias mutuamente, ayudarle en lo que haga falta, y dedicar tiempo exclusivo para enriquecer la relación.
Algunas sugerencias prácticas:
Primero, procura simplificar tu vida y no complicarla con detalles innecesarios. ¿Demasiada ropa? ¡Saca ropa, regala y lavarás menos!
¿Por qué complicarte con recetas complicadas, cuando hay infinidad de platos ricos y nutritivos que no demandan tanto tiempo?
¿Por qué no usar desechables en algunas ocasiones para tener menos platos que lavar?
Los trabajos de la esposa y madre son tantos que los demás miembros de la familia bien podrían ayudarla.El esposo seguro que puede ayudar un poco más. Siempre hay cosas que ellos pueden hacer para aliviar la carga de su esposa. ¡Señor ábreles los ojos para se den cuenta!
Los hijos, si son criados desde pequeños con buenos hábitos, pueden colaborar muchísimo. Según su edad puede organizar su cuarto, hacer su cama entre otras cosas. Les hacemos bien enseñándoles a realizar los diferentes trabajos de la casa.
Mi amiga, te insisto en que una mujer competente organiza su tiempo y se planifica. De lo contrario siempre estará atrasada y no podrá lograr mucho. Debe calcular el tiempo para cada cosa y adherirse a su agenda para que las cosas se hagan. Es importante no aceptar más compromisos que los que se puedan asumir y cumplir bien. Si la mujer aprende a simplificar su vida, deja que otros la ayuden, y lo planifica todo convenientemente, encontrará horas libres para reposar y reponer fuerzas.
El cuadro es mucho más complejo, pues, muchas alternativas que podemos considerar dependerán del número de miembros en el hogar, el tamaño del espacio físico y la posibilidad o no de contar con ayuda de un servicio doméstico.
Continuará…