Mujer ejemplar no es fácil hallarla; ¡vale más que las piedras preciosas!... Los encantos son una mentira, la belleza no es más que ilusión, pero la mujer que honra al Señor es digna de alabanza. ¡Alábenla ante todo el pueblo! ¡Denle crédito por todo lo que ha hecho!"
La mujer que triunfa en el mundo de los negocios, en el arte, la medicina, el servicio público, recibe el premio por sus esfuerzos, ya sea en reconocimiento público o tan sólo en términos materiales. Es justo que así sea. Sin embargo, a la mujer que sobresale en el papel de esposa y madre, que es el más importante que Dios le ha confiado, pocas veces se le honra públicamente.
Existen en el mundo actual muchas madres heroínas, que hacen diariamente incontables sacrificios por sus hijos. Las suyas son muestras del amor noble y desinteresado que lo da todo sin esperar nada a cambio. Ellas generalmente no reciben premios o halagos públicamente, pero Dios, que conoce estos sacrificios, se los recompensará al ciento por uno.
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