"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


martes, 13 de enero de 2015

UNA CITA FRUSTRADA



Era pequeña, no recuerdo qué tanto, tal vez 8 o 9 añitos. Me entusiasmaba la historia de los padres de la patria y de la independencia. Aquel febrero, marcharía por primera vez en el desfile de aquel día memorable, desde el parque Salvador, donde están los bustos de los héroes nacionales, y luego por la avenida independencia.

En el colegio habíamos ensayado por semanas con el profesor de educación física, aquellos repliegues coreografiados que darían vistosidad a nuestra marcha. Organizados por tamaños y por género, sincronizábamos cada paso y cada giro al compás dictado por el instructor.

La mañana del desfile había llegado. Nadie me lo había pedido o sugerido, pero mi corazón ingenuo pensó en llevar flores ante el monumento de los Padres de la Patria. Obtuve el permiso de mi madre para cortarlas de los rosales que adornaban el pequeño jardín de enfrente de la casa.  Con mi uniforme escolar, y flores en mano, subí a barra de  la bicicleta en la que mi padre me conduciría hasta el punto de encuentro.

Llegué y enseguida intenté ubicarme en la formación de las compañeritas que iban llegando; de pronto la profesora que nos organizaba me miró con cara de desaprobación, y me dijo: “¿Qué pasó contigo, que traes medias de otro color? Así no podrás marchar”. Me miré los pies, y miré los pies de las demás; mis calcetines color “kaki” de siempre… las chicas, con calcetines blancos… no tuve tiempo de pensar… La  misma profesora me sacó de la fila, reubicando  a otra chica en mi posición. Solo recuerdo que intenté hablarle inútilmente, pero ella siguió enfocada en su tarea, y yo quedé mirando alrededor, aun con las rosas en las manos y la perplejidad de que mi padre ya se había ido. 

El trago amargo no me  deja recordar cómo y cuando regresé a casa esa mañana, ni dónde quedaron las flores que mi amor patrio me hizo cortar del jardín de mamá.


Anotación: décadas después estoy tramando completar este encuentro y presentar, en honor al mérito de mis héroes patrios, las flores que les debo. 

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