De más de una fuente he escuchado la afirmación de que
el dinero es el tema más mencionado en la Biblia después del amor. Una posible
razón es que el dinero compite constantemente por el lugar que solo Dios debe
ocupar en nuestras vidas.
En Mateo 6:19-24, después de hablar sobre la oración y
el ayuno como prácticas espirituales, Jesús se enfoca en el dinero. Nos invita
a hacer tesoros en el cielo. Sabemos cómo depositar en una cuenta bancaria o
ahorrar en una alcancía, pero podríamos preguntarnos: ¿cómo se deposita en el
cielo?
Si entendemos el cielo en este contexto como el lugar
donde Dios reina (el reino de los cielos, el reino de Dios), podemos reconocer
que cuando el evangelio es predicado, el reino de Dios se extiende. Así que
invertir en el cielo significa contribuir a la expansión del reino de Dios.
En la enseñanza de Jesús encontramos cuatro razones
para invertir en los valores eternos del cielo:
1. Es la mejor inversión. En esta tierra, los recursos están constantemente en
riesgo. Hoy en día es común escuchar sobre hackers que roban la identidad de
las personas y vacían sus cuentas en minutos. También sabemos de la volatilidad
del mercado de valores.
2. Invertir en el reino de Dios dirige nuestro corazón
hacia el cielo. Jesús dijo: "Donde
esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón." (Mateo
6:21).
3. Le da significado a nuestra vida. La ilustración del ojo sano como fuente de luz para
todo el cuerpo implica que, al invertir en el reino, nuestros ojos se abren al
verdadero propósito de la vida.
4. Es una decisión fundamental. Tener al dinero como señor no depende de cuánto
tengamos, sino de nuestra actitud hacia él. Podemos poseer dinero y servir a
Dios, pero no podemos servir a Dios y al dinero al mismo tiempo.
¿Cómo saber dónde está nuestro tesoro? Revisemos
nuestras transacciones y reflexionemos sobre cómo usamos los recursos que Dios
nos ha dado.
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