En una entrevista reciente, el Dr.
Enrique Rojas, destacado escritor y psiquiatra, planteaba el esfuerzo como una cultura. El
esfuerzo tiene como ingrediente principal la educación de la voluntad. Educar la
voluntad requiere “aplazar las recompensas”, tener la conciencia de no
pretender gratificación inmediata, sacrificar lo cercano por lo lejano, saber
esperar y saber continuar.
El hombre de hoy recibe tantos
estímulos a saciar sus deseos inmediatos,
momentáneos y sin continuidad, que pocos se trazan el camino de la
madurez, en el que se quiere y se persevera con determinación en pro de algo
relevante.
“Todo lo grande es hijo del
esfuerzo y la renuncia, quien tenga la voluntad educada es más libre y puede
llevar su vida a donde quiera, no eres más libre cuando haces lo que te
apetece, sino cuando eliges aquello que te hace mejor persona” argumenta el Dr.
Rojas. “Para tener voluntad hay que empezar a negarse y/o vencerse a sí mismo”.
Esto es realmente difícil en los comienzos, pero es el único camino legítimo
para aspirar a lo mejor y tener visión de futuro.
Ambos términos planteados aquí,
voluntad y esfuerzo, tienen espacio en el camino de la fe cristiana. En todo el
contenido de la Biblia, hallamos a Dios animando y empoderando hombres y mujeres a quienes encomendó una
tarea trascendente. Está el caso de Josué, a quien le reiteró “Estaré contigo,
pero esfuérzate y se muy valiente.”
Por eso, me preocupa el triunfalismo
de quienes en la vida espiritual creen que contar con el favor de Dios es como
chistar los dedos y pedir un deseo al mitológico genio de la botella. Dios
bendice mi fe, y mi deseo de cumplir “Su” buena, agradable y perfecta voluntad
en mi vida, pero a la vez insiste en que el esfuerzo y el valor deben impulsar
cada paso que doy, cada día hacia la gran meta.
Josué 1:6-7, 9
ResponderEliminarReina-Valera 1960 (RVR1960)
6 Esfuérzate y sé valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la cual juré a sus padres que la daría a ellos.
7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
1. Esforzarnos para hacer la tarea que Dios nos ha encomendado.
2. Esforzarnos para cumplir con los mandatos de Dios y no abandonar BAJO NINGUN concepto lo aprendido en Su palabra y por medio de Su hijo Jesús
3. Esforzarnos porque así nos ha prometido, si cumplimos con sus requerimientos, siempre estará con nosotros y nos dará la victoria.
Así como lo hizo con el pueblo judío, así está dispuesto a hacerlo con nosotros si estamos dispuestos a esforzarnos. Cuando somos llamados a ESFORZARNOS, es porque el mismo Dios sabe lo difícil que es nuestro camino y nuestro andar. Nuestra voluntad (como deseo) debe estar sujeta a Su voluntad (como coordinador excelso de nuestras vidas)
Dios te bendiga francesa.