De los 7 millones
de preguntas que en promedio hace una persona durante toda su vida, "¿Qué
hora es?" es una de las más comunes y frecuentes. Justo al enterarme de
esto, observé mi entorno: ¡Estoy rodeada de relojes! Uno en mi pulsera, otros en
la computadora, en el teléfono celular, en el aparato de radio y en un
accesorio de escritorio. ¿Obsesión con el tiempo? No necesariamente.
Para muchos el
tiempo es un recurso muy valioso y en un mundo de tantas demandas, solo los que
administran sabiamente su tiempo son capaces de llegar a resultados tangibles.
La gente diligente, como aquellos que no
lo son, disponen igualmente de días de 24 horas, sin embargo no tienen los
mismos niveles de productividad. Algunos
dedican más tiempo a dormir, mientras otros "ganan tiempo" madrugando
o yendo tarde a dormir para estudiar o avanzar trabajo.
Puede haber vicios con el uso del tiempo,
tanto si nos dedicamos a la extrema vagancia, como si vivimos siempre
sobregirados, con más compromisos que tiempo para cumplirlos.
Medir el tiempo
en el proceso de cumplir las responsabilidades que tenemos nos ayuda a evaluar
nuestro progreso. El logro de un balance en el uso del tiempo nos permite
dedicar la debida atención e interés a las cosas más trascendentes y ver
lograrse nuestras metas sin que haya que autodestruirse en el proceso.
No tienes que ser
esclavo del tiempo: Hazlo tu mejor aliado.
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