"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


jueves, 28 de febrero de 2013

ETICA PROFESIONAL EN LA COMUNICACION



En mi país está dándose una dinámica interesante en la que cada vez con mayor frecuencia comunicadores y medios son demandados judicialmente por “difamación e injuria”.  Se ha estado intentando delimitar si el medio es igualmente responsable y por tanto objeto de demanda por causa de las declaraciones planteadas de forma particular por un comunicador, ya sea empleado del medio, o tenga en él un espacio pagado.   Estos hechos me han puesto pensar de nuevo en el concepto de la ética profesional en la comunicación, por la razón de que (sacando aparte a quienes ejercen la comunicación de una manera responsable y coherente) hay muchos medios y comunicadores que tienen una línea editorial viciada por intereses particulares. Últimamente se les bautiza como “bocinas”, y algunos tienen una habilidad camaleónica de cambiar de discurso al mejor postor.

La ética profesional puede definirse como la ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos profesionales de cada disciplina. También se le llama Deontología.
La ética de la comunicación es importante porque debe establecer un espacio donde se pueda reflexionar y analizar los grandes conflictos morales tales como los límites de la libertad de expresión y  la búsqueda obsesiva de la audiencia.

Analistas coinciden en plantear como los grandes atentados a la ética en la comunicación los siguientes fenómenos:

La comunicación social que viola el bien de la persona. Los medios masivos pueden usarse para bloquear a la comunidad y menoscabar el bien integral de las personas. Pueden difundir noticias falsas y desinformación, favoreciendo la trivialidad y la banalidad.
Uso politizado de los medios. Los políticos sin escrúpulos usan los medios de comunicación para la demagogia y el engaño, apoyando políticas injustas y regímenes opresivos. Ridiculizan a sus adversarios y sistemáticamente distorsionan y anulan la verdad por medio de la propaganda y de planteamientos falsamente tranquilizadores. En este caso, más que unir a las personas, los medios de comunicación sirven para separarlas, creando tensiones y sospechas que constituyen gérmenes de nuevos conflictos.
Poner el lucro por encima de las personas. En lugar de promover la enseñanza, los medios de comunicación pueden distraer a la gente y llevarla a perder el tiempo. De este modo, los más perjudicados son los niños y los jóvenes, pero los adultos también sufren esa influencia de programas banales e inútiles.

¡Manipulación religiosa! presentando los mensajes religiosos con un estilo emotivo y manipulador, usando los medios de comunicación como instrumentos para  la autopromoción de personas que se consideran autoridades espirituales, que hacen un flaco servicio a la difusión de la verdad de Dios.

La esperanza es que ya existen códigos de ética que regulan y establecen el comportamiento esperado de los comunicadores y los medios. Lo importante sería que los gremios que agrupan a los profesionales de la comunicación se comprometan y promuevan a regirse por ellos.
 En el caso particular de la comunicación Cristiana, se espera que tenga estándares éticos aun más exigentes. Es importante que el comunicador cristiano tenga una conciencia clara de lo que es la ética profesional y cómo aplicarla.
Es importante que los medios cristianos establezcan con claridad su editorial y sus valores de modo que todo su equipo se rija por los mismos.
Y finalmente, aunque se tenga que adoptar el rol de la voz que clama en el desierto, en ausencia de límites  sociales deseables, que nuestra conciencia, convicciones y carácter personal sean los que regulen nuestro comportamiento individual.

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