"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


viernes, 10 de junio de 2016

METAMORFOSIS



Paseando entre los anaqueles de una librería, me detengo ante los títulos más vendidos.  Los temas: éxito, poder, inteligencia emocional, búsqueda del sentido de la vida, autoayuda.

El incremento   y demanda de las publicaciones sobre superación personal  es un indicio de la intención de las personas  por ser mejores o al menos sentirse bien consigo mismas. Esto es positivo y legítimo. Sin embargo, los esfuerzos humanos también han demostrado ser limitados, y no siempre efectivos. La confianza en sí mismo y en el poder interior, es un discurso bonito, pero, ¿es suficiente?. 

Parece ser que se necesita algo más profundo que una disposición a cambiar. Pablo, autor de la carta a los Romanos en la Biblia, nos muestra la esencia del verdadero cambio: la transformación. Este proceso inicia con una entrega personal, voluntaria y sin reservas de nosotros mismos a Dios.

 Antes, Dios aceptaba sacrificios de animales muertos, a quien buscaba perdón. Eso ya  no  tiene sentido gracias al supremo sacrificio de Cristo.  Hoy la invitación es a” ofrecernos en Sacrificio vivo”.

Entonces, se produce la metamorfosis,  el cambio trascendente, la renovación del entendimiento, que a su vez es fruto de nuestra exposición a la Palabra de Dios.  Una mente renovada, saturada y controlada por la Palabra, entra en la fase de la comprobación de la voluntad de Dios. 

Esta metamorfosis, algunos la asemejan a la transfiguración de Jesús,  cuando Cristo manifestó brevemente su naturaleza divina interior y su gloria. Así el creyente   puede manifestar con su conducta externa, que su naturaleza interior ha sido transformada. 


Más que superación, debemos procurar transformación.

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