Cómo mínimo,
todas las instituciones financieras, incluso las que no tienen objetivos
sociales, tienen la responsabilidad moral de no perjudicar a los clientes. Uno
de los estándares universales de Gestión de Desempeño Social es tratar a los
clientes responsablemente. Este estándar
se mide en base a los niveles de implementación de prácticas esenciales
que han sido definidas y con las que se han puesto de acuerdo en consenso los principales actores del mundo de las
microfinanzas.
El movimiento
Smart Campaign, es una campaña diseñada
para promover que los principios de protección al cliente sean parte esencial
en la cultura y las operaciones de las instituciones microfinancieras. Una de los principios básicos es:
“Prevención del sobreendeudamiento: Los proveedores estarán atentos
en todas las fases del proceso de crédito para determinar si los clientes
tienen la capacidad de pagar sus obligaciones sin sobre-endeudarse.
Adicionalmente, los proveedores implementarán y monitorearán los sistemas
internos que apoyen la prevención del sobreendeudamiento y promoverán esfuerzos
para mejorar la gestión de riesgos en el nivel mercantil (como el uso
compartido de información crediticia.)”
Hay indicios
de sobreendeudamiento a partir del hecho y en la medida que a un cliente se le haga cada vez más
difícil cumplir a tiempo con sus obligaciones de repago de deudas. Su nivel de
endeudamiento ya le genera estrés, si es
una persona responsable, empieza a
sacrificar la satisfacción de otra necesidad básica para pagar deudas; si
acaso, asume otras deudas formales e informales para repagar a terceros,
constituyéndose esto en una “bola de nieve” que crece en avalancha hasta
definitivamente dejar de cumplir con su
obligación y ser objeto de mecanismos de
cobranza menos amigables por parte de múltiples acreedores.
Partiendo del
principio de hacer bien y no hacer daño, sin duda que el financiamiento de las
microempresas tiene un gran reto en términos de facilitar el desarrollo y
progreso gradual del cliente, a la vez que la institución financiera es
capaz alcanzar niveles de crecimiento y
sostenibilidad conforme a sus planes estratégicos.
Parafraseando
al economista Keynes, enfocando el asunto en términos solo de negocios, si le
prestamos al cliente conforme a su capacidad de pago, “el problema es del
cliente”, si lo sobreendeudamos, el problema es de la IF. Es un poco broma
plantearlo así, porque la realidad es que con el sobreendeudamiento perdemos
todos; es un problema para todos. En
esencia la meta es que no haya problema, ni para uno ni para otros, y que el
equilibrio entre los objetivos financieros y los sociales de las Instituciones
microfinancieras sea tan nivelado como la balanza que sostiene la dama de la justicia, y que el fin último
de la deuda sea poner más dinero en el bolsillo del prestatario. Así sea!