"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


jueves, 26 de julio de 2018

CRONICA ANUNCIADA DE LA MUERTE DE UNA IGLESIA


Yo no soy pastora  ni hija de pastores para juzgar congregación alguna. Ni soy doctora ni hija de doctores para hacer diagnósticos sobre el estado de salud de ni de la gente ni de una congregación. Pero 33 años en el evangelio, habiendo servido en múltiples áreas, desde dar clasecitas de patio, evangelizar tocando de puerta en puerta, enseñar en la Escuela Dominical, y participar de cultos en incontables iglesias de diversas denominaciones y en varios países a los largo de estos años, me sirven de argumento para testificar de lo que he visto y oído. 

Y entre las cosas que he visto y oído, mas espero que no nos suceda a nosotros, pienso en esta, que cito del libro SEMBREMOS IGLESIAS SALUDABLES:

“Es un hecho conocido que muchos movimientos comienzan con entusiasmo y vigor, pero se van institucionalizando y pierden la visión y el espíritu de sacrificio que tenían al principio. Comienzan como un MOVIMIENTO, lleno de iniciativa y espíritu misional. Luego organizan todos los aspectos del trabajo y forman una MAQUINA, que bien engrasada logra mayores resultados conservando el espíritu inicial.

 En cierto momento la institucionalización lleva a la organización a mirar hacia adentro y depender del pasado y se forma como un espíritu de tradicionalismo al estilo MONUMENTO. En esta etapa la organización gasta la totalidad de sus recursos en mantenerse ella misma. A la postre, como tantas catedrales europeas, termina siendo un MUSEO.”

Está claro que la iglesia es la gente, no el edificio. Pero los edificios que otrora fueron espacios de adoración y proclamación, y hoy distan que serlo, son un triste reflejo de retroceso espiritual. Pena de la vida. 

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