“Una vez una compañía
cosmética realizó una competencia pidiéndole
a la gente enviar la foto de la mujer más hermosa que conocieran y la ganadora
sería la imagen de su próxima campaña publicitaria.
Una carta que llamó la
atención era de un pequeño muchacho. Él dijo que la mujer más hermosa vivía
más abajo en la calle de él. Ella jugaba
a las escondidas con él, escuchaba sus problemas, y decía siempre que estaba orgullosa
de él cuando él se despedía de ella. Él dijo, "tengo la esperanza de que un día tendré una esposa tan bonita como
ella." Cuando la carta y la foto de la mujer llegaron a manos del
presidente de la compañía, él vio en la misma la imagen de una mujer mayor con arrugas en cada pulgada de su cara, con su
pelo enmarañado amarrado atrás en un moño apretado, y le faltaban varios dientes. El ejecutivo sonrió
y dijo, "nosotros no podemos utilizar a esta mujer, porque entonces el
mundo sabría que no necesitan nuestros productos para ser hermosos."
Esto me hace pensar un par
de cosas:
1.
La belleza es más que una imagen
externa. Lo que vemos en las portadas de las revistas puede no ser real. Sin
embargo nuestra apariencia externa es importante. El considerar la belleza como
solo como un concepto espiritual puede estar incompleto: Dios todo lo hizo
hermoso en su tiempo. Su creación derrocha imágenes que nos causan admiración, agrado
y atracción y eso es “belleza!
2.
Sentirnos bellas es una necesidad
emocional de la mujer. Nos sentiremos bellos dependiendo del espejo en que nos miramos. En el espejo
del mundo nos sentimos feos e inadecuados, nunca damos la talla, pero cuando
nos miramos en el espejo de Dios (Su palabra)
nos damos cuenta que somos su especial
y única creación y que nuestro valor personal no depende de nuestra
apariencia.
3.
Cuando mis años sigan pasando,
Cuando mi cabello, mi rostro y cuerpo reflejen mi madurez, quiero estar
mentalmente lista para asumir que cada edad tiene su belleza y que no tengo que
resistirme a los cambios que la edad conlleva, pues es ahí cuando se pondrá de manifiesto la
salud de mi autoestima y mi sentido de valor propio. No pueden basarse en la
imagen fabulosa de la eterna belleza y juventud. Falso de toda falsedad. Dice la
Biblia, la eterna Palabra de Dios, que aunque este nuestro exterior se vaya desgastando,
el interior se renueva día en día. (2 Corintios 4.16)
Embellece y adorna tu corazón
para Dios.
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