Esta es una cita
larga y es a la vez todo cuánto implica esta entrada en el blog.
“Dile a Dios todo lo
que pasa en tu corazón, como quien descarga con un amigo todas sus alegrías y
tristezas. Dile tus problemas, para que Él te pueda consolar, cuéntale tus
alegrías, para que Él pueda moderarlas, dile a tus deseos, para que Él pueda
purificarlos; exprésale tus antipatías, para que Él te ayude a superarlas; dile
de tus tentaciones, para que Él te proteja de ellas, muéstrale las heridas de
tu corazón, para que Él te las sane, exponle tu indiferencia hacia el bien, tú
la inclinación al mal, tu inestabilidad. Dile cómo el amor por ti mismo te hace
ser injusto con los demás, de cómo la vanidad te tienta para no ser sincero,
como el orgullo enmascara lo que en realidad eres para ti mismo y para los
demás.
Si derramas de esta manera delante de Él, todas tus debilidades,
necesidades y problemas, no tendrás falta de temas de conversación. Nunca
podrás agotar cada tema, ya que siempre se renovarán. Las personas que no
tienen secretos el uno al otro nunca se quedan sin tener de qué hablar. Ellos
no miden sus palabras, porque no hay nada que tenga que ser reservado para sí
mismos, ni necesitan estar buscando cosas que cosas decir. Hablan de la
abundancia del corazón, sin detenerse a evaluar, dicen lo que piensan.
Bienaventurados los que pueden lograr este grado de familiaridad y profundidad
en su comunión con Dios.”
François Fénelon
(1651-1715)
(1651-1715)
ME GUSTO MUCHO ESTA CITA, GRACIAS POR COMPARTIR
ResponderEliminar