"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


miércoles, 2 de enero de 2019

DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ


LA LUZ DEL MUNDO

Un nuevo año empezó, gracias a Dios somos testigos de ello.   Mis primeros pensamientos giran en torno a lo que es en esencia el propósito de la iglesia en este mundo. La biblia lo muestra con claridad cuando registra las palabras de Cristo: “Ustedes son la luz del mundo. Una luz asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro padre que está en los cielos” [1] Luego el apóstol Pedro dijo: “Ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”[2].
        
           La obscuridad suele causarnos una sensación de inseguridad, incertidumbre y temor debido a la imposibilidad de distinguir si hay peligro acechándonos o si vamos a tropezar. Así está el mundo; gente vagando en tinieblas, cayendo en las trampas del príncipe de las tinieblas, tropezando y dando tumbos en la oscuridad del pecado.  Sin embargo alguien dijo: yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Y aquellos que somos de él, de Jesucristo el hijo de Dios, somos luz, la luz de esperanza que este mundo necesita para encontrar a Dios, como nosotros un día lo hallamos.

LA LAMPARA  
              
Hace unos meses estuve de visita turística en unas cuevas, que, de no ir acompañados de guías que portaban linternas, hubiera sido una experiencia aterradora. En un momento del trayecto, solo para que experimentáramos la sensación de completa obscuridad y silencio, los guías apagaron las linternas por un minuto y nos pidieron hacer silencio. Solo sentíamos nuestra propia respiración.   Imagínese en una cueva, perdido y en completa obscuridad. Cuando trata de encontrar una salida, tropieza, cae y se siente cada vez más perdido. Mientras más busca, más se cansa y se desespera. Entonces,  vagando y buscando en la obscuridad, ve una luz a la distancia y cuando se acerca a ella se da cuenta de que es una lámpara, la toma y con su luz, encuentra un pasillo, evitando caídas peligrosas, grietas profundas y pasillos falsos. Al final encuentra un camino que promete llevarlo a la salida. Al ir ahora con la lámpara, ve cosas maravillosas que habían estado ocultas en la oscuridad. Finalmente la lámpara le muestra la salida de la cueva y ve nuevamente la luz y siente el calor del sol. ¡Qué alegría siente por haber encontrado la lámpara para escapar de la obscuridad y del desaliento!

Para muchos de nosotros la vida es como vivir en una cueva oscura, estamos confusos, no podemos encontrar el camino, constantemente encontramos obstáculos y nos desilusionamos. Dios entiende el problema, y nos ha provisto una lámpara, su Palabra, que nos guía hacia el camino correcto, Jesucristo, el camino hacia la vida eterna, donde podemos vivir en luz, como él está en luz.                                                 



[1] Mateo 5:15-16
[2] 1 Pedro 2.9

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