"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


miércoles, 2 de noviembre de 2022

ENRIQUECER

 


“…La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Lucas 12: 15

El promedio es el indicador estadístico que menos me simpatiza, porque digamos, si usted tiene dos gallinas y yo no tengo ninguna, en promedio tenemos una gallina por persona.  Con datos así quedan maquilladas muchas realidades que nos impiden ser conscientes de los desequilibrios que se dan en la distribución de los recursos para subsistir en este mundo.  Los más pobres suelen aspirar a cambiar de situación.  Muchos que disfrutan de holgura económica viven de espaldas a la realidad de los demás.

Cuando su experiencia personal es la de alguien que ha tenido recursos limitados, que ha tenido que esforzarse, disciplinarse, trabajar duro y sufrir carencias, perder sueño, padecer estrés, posponer sus propios antojos o renunciar a ellos con el objetivo de superarse o mejorar su calidad de vida, le puede resultar difícil entender el perfil de una cultura hedonista que florece en medio de tener garantizados los elementos necesarios para la cotidianidad.  Un escenario en el que la gente está tan cómoda y satisfecha, que no aspira a nada, que no tiene metas, excepto pasarla tan bien como se pueda.  Se hace difícil creer que ese mismo nivel de bienestar pueda llevar al individuo a sacrificar relaciones significativas  por dar prioridad a cosas materiales.

Sea cual sea nuestra condición económicamente hablando, nos conviene preguntarnos  ¿Qué es lo que satisface al alma? Aunque sea válido aspirar  a tener un estilo de vida plácido, ¿Es eso el todo de la vida?  

Consideremos invertir en la eternidad,  viviendo vidas productivas, caracterizadas por la generosidad y el desapego a lo material.

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