"Si no quieres perderte en el olvido tan pronto como estés muerto y enterrado,escribe cosas dignas de leerse, o mejor aún, haz cosas dignas de escribirse... - Benjamin Franklin


domingo, 5 de enero de 2025

SABOREANDO LA FRESCURA DE LA PALABRA CADA DÍA


El Salmo 19, un hermoso cántico de David, nos invita a contemplar la gloria de Dios manifestada en Su creación y a saborear la frescura de Su Palabra cada día. En este salmo, David describe cómo los cielos declaran la gloria de Dios, y cómo Su Palabra escrita, a través de la ley, los preceptos y los mandamientos, nos guía hacia una vida plena.

La Palabra de Dios no es solo un conjunto de reglas, es una fuente de renovación y sabiduría. Al leerla, nuestra alma se renueva, y quienes son sencillos reciben entendimiento. La alegría que infunde en el corazón es incomparable, y su pureza ilumina nuestros ojos, brindándonos claridad en medio de la oscuridad.

Además, nos despierta un profundo respeto hacia el Señor, recordándonos la ventaja de temerle. Nos arraiga en la verdad, alejándonos de la confusión del mundo, y nos advierte de las consecuencias del pecado. Sin embargo, no solo nos previene, sino que también promete grandes recompensas a quienes guardan sus enseñanzas con fidelidad.

La Palabra es como un espejo que expone nuestros pecados, revelando nuestra necesidad de redención. Pero en ese mismo reflejo encontramos la provisión de Dios para nuestra salvación: Jesús, la Palabra hecha carne, quien nos ofrece el camino a una vida eterna.

Así que, deleitémonos en la Palabra de Dios cada día. En ella encontramos dirección, consuelo, y la revelación del amor de Dios a través de Jesucristo. Al meditar en sus enseñanzas, descubrimos la frescura de Su presencia y la esperanza de Su promesa.


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