Georgina Thompson Junto a Marli Spieker en Cape Town, SouthAfrica, durante el Congreso de Evangelización Mundial Lausana III.
Carta de Marli Spieker
Cada mes me gusta leer el calendario de oración todo de una sola vez. De esta manera me sumerjo en el enfoque de la oración y me siento mejor preparada para orar. Este mes más bien son alabanzas a Dios por – vidas cambiadas, nuevos idiomas al aire, nuestro nuevo sitio de Internet, la presentación de mi nuevo libro, las oportunidades y los milagros que Dios nos está brindando y más. Debo confesar que aunque estoy muy agradecida a Dios por lo que está haciendo por el Proyecto Ana, me encuentro preguntándome, “¿Vale la pena? ¡Donde sea que viajo, aún veo el mal tendiendo emboscadas a las mujeres en cualquier vuelta de sus vidas! ¿Por cuánto tiempo más, Dios, clamaremos a ti y tú no nos responderás? Así como Habacuc, el profeta, mi alma está luchando y perturbada por el continuo sufrimiento que veo.
Dios me recordó una preciosa lección que aprendí cuando nuestro hijo Fabio murió por el impacto de una rama de roble, dos semanas antes de la celebración del 5to. Aniversario de Proyecto Ana. La noche antes cuando fui a la cama, dije a mi esposo, “¿Cómo hablaré en la celebración mañana?” Él dijo, “Está bien. Haz lo que puedas.” Yo estaba tan quebrantada, tan herida y tan débil. En la mitad de esa noche me despertó un fuerte y hermoso coro entonando un antiguo himno de mis favoritos, “¡Regocíjate, regocíjate, regocíjate, da gracias y canta!” Le pregunté a Edmundo: “¿Puedes oírlo?” Él no pudo, la canción estaba sólo en mi alma. ¡Oramos que Dios me diera la fuerza para regocijarme, dar gracias y cantar! Decidí estar agradecida en medio de mi más oscura noche y por cuatro días consecutivos, ¡Dios me permitió regocijarme, dar gracias y cantar!
Tal vez estás en medio de un tiempo de dolor y desilusión y dar gracias representa un desafío para tu alma. Puede ser que la vida es bien difícil para ti en este preciso momento, y tu gozo se ha disipado. Sé cómo es ese sentimiento. Pero -en un acto de nuestra voluntad – podemos ESCOGER regocijarnos y dar gracias a Dios, aún si eso significara ofrecer nuestro “sacrificio de alabanza” este mes. ¡Espero que lo hagas, porque vale la pena! Gracias por tu constancia en este trabajo de oración que hacemos juntas.
¡Venid, alabemos al Señor, porque grande es Su fidelidad!
Marli Spieker
Directora/Fundadora Proyecto Ana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sus comentarios son bienvenidos!