La
eficacia del liderazgo se prueba y se comprueba en la etapa de ejecución.
Porque se es líder para vender una visión, definir una misión, gestionar
recursos y guiar los procesos que lleven al logro de resultados.
La
Estrategia, ese puente entre el punto de partida y el fin esperado, puede
requerir muchos ajustes. La historia de Nehemías como líder de la restauración
de una ciudad, cuyas murallas y moral habían sido reducidas a escombros, es una magnífica ilustración de los
obstáculos, riesgos y amenazas que
surgen durante la ejecución de un plan. Muchos comentaristas bíblicos coinciden al clasificar los desafíos que se presentaron en
la carrera de Nehemías:
Primero,
aunque había conquistado los corazones
de muchos para unirse a la tarea con compromiso y entusiasmo, quedó un remanente
de incrédulos, burladores e incluso férreos opositores a la obra. Mientras los que estaban dispuestos a actuar
se esforzaban trabajando, unos cuantos empezaron a hacer bromas
al respecto, descalificando la capacidad de los obreros y la calidad de
su trabajo. La respuesta de Nehemías fue: Ignorarlos. Mi lección: oídos sordos a quienes en vez de
ocuparse en lo suyo están criticando y murmurando a quienes hacen con responsabilidad lo que
tienen que hacer. Tarde o temprano el fruto del esfuerzo rinde fruto, y los
ociosos y chismosos nada bueno cosecharán.
En
segundo lugar, Nehemías tuvo que motivar y reorganizar a su equipo cuando la
fatiga extrema empezó a afectarlos. El estrés parecer ser el camino más corto
hacia el desánimo, no lo olvide, pues hay peligro de dejar a medias lo que
tanto esfuerzo ha costado.
Nehemías
también enfrentó amenazas, ataques camuflajeados y frontales de sus enemigos. Su manera de encararlos fue resistiéndolos.
Un discernimiento de las intenciones del contrario es muy importante. Los
enemigos lo “invitaban” a reunirse y “negociar”. Nehemías respondió: “ Estoy haciendo una gran obra y
no puedo interrumpirla” (Nehemías 6:3).
Se mantuvo enfocado en su prioridad y no dio lugar a distracciones. Un efectivo manejo de la intimidación es
clave. Nehemías no temía siquiera por su vida a la hora de persistir en su
misión.
Pero
si bien todos estamos pendientes de cuidarnos de opositores conocidos, la más
peligrosa amenaza se puede presentar, no desde fuera, sino interna. ¿Cuál es el rol de un líder ante la realidad
de conflictos internos, discordias, inequidad y maltrato que pueden impedir el
logro de una misión? Se requiere una serie de competencias de efectividad personal
y comunicacionales para manejarlos y necesitamos párrafos extras para
comentarlos.
--continuará.
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