¿Me enviará Dios una señal, sentiré algo especial? ¿Hasta qué punto confiar en el sentido común? ¿Por qué Dios sencillamente no se me aparece y me dice que espera de mí? ¿Cómo lograr tomar sabias decisiones, seguros de que estamos haciendo la voluntad de Dios?
La gente ha probado toda clase de tácticas para determinar lo que Dios quiere que hagan:
\Pedirle a Dios una señal sobrenatural
\Ayunar para buscar el rostro de Dios
\Lanzar monedas al aire, dejando que la suerte decida.
\Obedecer los sentimientos a pesar de la lógica.
\Dejar que el tiempo y los acontecimientos decidan
\Leer la biblia al azar
\Dejar que otros decidan por nosotros
\Atender a sueños, voces o visiones.
\Postergar la decisión
\Razonar, usando la lógica a pesar de los sentimientos.
Sea cual sea el recurso que usted use, debe tener en cuenta que una decisión puede cambiar nuestras vidas para siempre. A eso se agrega la tensión de querer agradar a Dios y desear dar lo mejor de nuestras vidas a él. ¿Habrá alguna forma de saber lo que Dios quiere hagamos en una situación particular? Conozcamos 5 principios básicos para conocer la voluntad de Dios respecto a las decisiones que debemos tomar:
1. Acudir siempre a Dios. Proverbios 3:5 dice “fíate de Jehová, de todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia”. Son innumerables los textos en que creyentes en la bíblia le piden a Dios que les enseñe el camino. Y es que Dios como nuestro creador es quien nos conoce mejor y además, sabe todo acerca de todo. ¿Cómo acudir a Dios? Con una actitud de confianza y sumisión a través de la oración. Confiar en Dios significa depender de su voluntad aunque no entendamos la forma en que el actúa para con nosotros.
2. Entender sus principios. Hay muchas respuestas que Dios ya ha dado, hay innumerables cosas que ya la biblia las dice claramente y aun en aquellos casos en que la biblia no nos da respuestas precisas, si tenemos principios que podemos aplicar en diferentes situaciones de la vida.
3. Note cuáles son sus opciones, aunque hay momentos en los que hay que tomar decisiones rápidas sin tener tiempo para analizar, es cierto también que en la mayoría de los casos tenemos tiempo de pensar con claridad y es entonces cuando debemos estudiar las opciones que tenemos en determinada situación y las consecuencias de cada una de ellas, tanto a favor como en contra.
4. Discutir el asunto con otros. No con todo el mundo, sino con personas que realmente nos puedan orientar y abrir nuestros ojos a opciones e ideas que quizás no hemos considerado.
5. Aprovechar y expresar la libertad que tenemos; y es que hay cosas por las cuales no necesariamente hay que invertir tiempo para decidir, no hay que orar o que buscar consejo, porque ¿sabe usted? Muchas desiciones que tomamos a diario, son sencillamente triviales. Qué colores vestir, que menú preparar, que corbata combinar este traje, no son decisiones que ameriten que usted haga todo el ejercicio de toma de decisiones como si fuera a elegir a su pareja, su profesión o mudarse a otro país.
No sobra resumir estos pasos: Siempre acudir al Señor, Entender sus principios, notar cuales son las opciones, discutir el asunto con otros y finalmente aprovechar y expresar nuestra libertad.
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