Reflexión en el Salmo 118
El Salmo 118 es una poderosa reflexión sobre el
amor, la fidelidad y la salvación de Dios. Desde la promesa de Su amor eterno,
pasando por las experiencias de angustia y liberación, hasta el cumplimiento en
Cristo y nuestra respuesta de gratitud, este salmo nos invita a recordar que
Dios es digno de nuestra confianza y alabanza. Que, al igual que el salmista,
podamos reconocer Su obra en nuestras vidas y siempre dar gracias, sabiendo que
Su amor perdura para siempre.
1. La Promesa (Versos 1 al 4):
"Su amor perdure para siempre"
El Salmo 118 comienza con una invitación a dar
gracias a Dios por su amor inquebrantable. En estos primeros versículos, el
salmista nos recuerda que el amor de Dios es eterno, "para siempre".
Esta es una promesa de fidelidad, un recordatorio de que, independientemente de
nuestras circunstancias, el amor de Dios es constante y no falla.
Dios, en su amor, no solo está cerca en los
momentos de alegría, sino también en los momentos de angustia. El salmista
inicia con una declaración de gratitud, y nos invita a todos a unírsenos en esa
alabanza. Es un recordatorio de que su amor es el fundamento de nuestra
esperanza.
2. La Experiencia (Versos 5 al
21): "En mi angustia clamé al Señor"
A partir de los versos 5 al 21, el salmista
comparte su experiencia personal de angustia. Clama al Señor en su momento de
desesperación, y Dios responde. En esta sección, se describen momentos de lucha
y tribulación, pero también la firme certeza de que el Señor escucha y
responde.
El salmista menciona que su confianza en Dios fue
puesta a prueba, pero que, al final, Dios lo libró. Aquí, podemos reflexionar
sobre cómo nuestras propias angustias pueden ser momentos en los que buscamos a
Dios más intensamente. Al igual que el salmista, podemos recordar que cuando
clamamos a Dios, Él escucha y está dispuesto a responder, guiándonos incluso en
medio de las dificultades.
3. El Cumplimiento (Versos 22
al 27): "Bienaventurado es el que viene en el nombre del Señor"
Los versos 22 al 27 nos presentan el cumplimiento
de una promesa aún mayor: la venida del Salvador. El salmista profetiza sobre
la piedra que los constructores desecharon, la cual se ha convertido en la
piedra angular. Este versículo se ve como una referencia profética a Cristo,
quien fue rechazado por muchos pero se convirtió en la base de la salvación
para toda la humanidad.
Es un recordatorio de que Dios tiene un propósito
más allá de lo que podemos ver en el momento. A veces, lo que parece ser un
fracaso o rechazo es, en realidad, el cumplimiento perfecto del plan divino.
Esta sección también nos invita a reconocer la importancia de la venida de
Jesús, el verdadero cumplimiento de la promesa de salvación.
4. La Respuesta (Versos 28 al
29): "Dar gracias"
Finalmente, en los versos 28 al 29, el salmista
expresa su gratitud por la salvación recibida. La respuesta a la intervención
de Dios es la acción de gracias. En el contexto de nuestra vida cristiana, este
es el llamado final: reconocer lo que Dios ha hecho por nosotros y dar gracias.
Esta sección nos invita a reflexionar sobre cómo
respondemos a la fidelidad de Dios. La gratitud no solo se expresa en palabras,
sino también en nuestra vida cotidiana, viviendo conforme a la voluntad de
Dios. Cuando vemos la bondad y fidelidad de Dios, la única respuesta adecuada
es darle gracias y adorarlo.
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