lunes, 16 de junio de 2025

DONDE REINA LA JUSTICIA, FLORECE LA VIDA

Frente a la injusticia del mundo, muchos buscan soluciones humanas: venganza, rebelión, leyes o educación. Pero el Salmo 72 nos presenta una alternativa divina: un Rey justo, cuya autoridad trae verdadera transformación.

Este salmo retrata un reinado donde la justicia florece: “Los montes llevarán paz al pueblo” (v.3), “descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada” (v.6), y “haya abundancia de grano en la tierra” (v.16). Es una imagen de prosperidad y bienestar generalizado, no como resultado de políticas humanas, sino del gobierno de un rey justo.

Pero este florecimiento no es solo material. Es profundamente moral y compasivo. Este rey “juzgará con justicia a los pobres” (v.2), “librará al menesteroso que clamare” (v.12), “tendrá misericordia del pobre y del necesitado” (v.13), y “redimirá sus vidas de violencia” (v.14). El corazón de su reinado es la protección de los más vulnerables.

Esta es una oración mesiánica que apunta a Jesucristo. En Él se cumplen estas promesas. Solo bajo su señorío encontramos un reino verdaderamente justo, global y eterno. Nuestra esperanza no está en las instituciones humanas, sino en Aquel cuyo trono es firme para siempre.

Hoy podemos unirnos al clamor del salmista: “Bendito sea Jehová Dios, el Dios de Israel... bendito su nombre glorioso eternamente” (vv.18–19).
Y mientras esperamos la plenitud de su reino, vivamos reflejando su justicia, escuchando al débil, y actuando en defensa del que no tiene voz

Foto: Pixabay de uso libre. 

lunes, 9 de junio de 2025

LA VISIÓN DE JESÚS, NUESTRA MISIÓN HOY

Vivo citando a Jesús cuando dijo que la mies es mucha y los obreros pocos, usualmente cuando me piden algo adicional de trabajo, aun estando abrumada con las tareas a mi cargo. Pero, la realidad es que la visión y misión de Jesús deben ser también las nuestras. En Mateo 9:35–38 vemos a Jesús recorriendo ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y dolencia. No se limitaba a lo espiritual, también atendía las necesidades físicas. Su ministerio era integral.

Lo que Jesús hacía nos muestra el corazón de Dios: un corazón que enseña con propósito, que proclama con verdad, y que sana con compasión. Su enseñanza tenía contenido. En un tiempo donde la iglesia muchas veces se enfoca en formas, es necesario recordar que la enseñanza bíblica es esencial. Cada creyente es un teólogo en formación. Cuando falta enseñanza, la iglesia se debilita, se desvía, y pierde su fundamento en la Palabra.

Jesús también veía. Observaba las multitudes como ovejas sin pastor, desorientadas y vulnerables. Eso despertaba en Él compasión. Y sí, Dios tiene compasión. Jesús, siendo plenamente Dios y plenamente humano, la expresó con actos concretos. El Espíritu Santo, que mora en nosotros, quiere formar esa misma compasión en nuestros corazones.

Finalmente, Jesús involucró a sus discípulos. No solo les mostró la necesidad, sino que los llamó a actuar. La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Las oportunidades son abundantes, pero requieren disposición y oración. Jesús no pide que lo hagamos todo, pero sí que oremos, y estemos listos para responder.

Hoy, la misión sigue viva. La necesidad es real. La compasión de Dios no ha cambiado. ¿Estás dispuesto a ver, sentir y actuar como Jesús?


lunes, 2 de junio de 2025

NO UNA IGLESIA CIEGA, NI UNA IGLESIA MUDA

El capítulo 9 de Mateo nos presenta una serie de milagros que revelan la compasión de Jesús. Entre ellos, hay dos que llaman la atención de forma especial: Jesús da vista a los ciegos y da habla a un hombre mudo (Mateo 9: 27 -34). Pero más allá del aspecto físico, estos milagros reflejan una realidad espiritual que también nos interpela hoy.

Los ciegos que siguieron a Jesús no veían con los ojos, pero sí con el corazón. Clamaron por misericordia, entraron en la casa donde estaba Jesús, y creyeron que Él podía sanarlos. Su fe fue recompensada. Curiosamente, Jesús les pidió que no contaran lo sucedido. No buscaba promoción ni fama. Sin embargo, los hombres hicieron lo contrario: hablaron por todas partes de lo que Jesús había hecho.

Luego, un hombre mudo, oprimido por un demonio, fue sanado y comenzó a hablar. La opresión espiritual fue rota, y el resultado fue una voz recuperada. Este acto no fue solo liberación individual: es un recordatorio del poder que tiene el evangelio para romper cadenas espirituales.

Frente a estos hechos, los testigos quedaron asombrados, pero los fariseos, en su ceguera espiritual, se negaron a reconocer la verdad. Esa actitud nos confronta: ¿estamos viendo lo que Dios hace? ¿Estamos hablando de lo que Él ha hecho?

Como iglesia, no podemos darnos el lujo de ser ciegos ni mudos. Necesitamos ver con ojos de fe y hablar con claridad del poder de Jesús. Que no seamos una iglesia ciega ante su obrar, ni una iglesia muda ante su mensaje.
Cada creyente tiene la responsabilidad personal de traducir su capacidad de ver  en testimonio. Callar lo que Dios ha hecho en nosotros no solo empobrece nuestra fe, sino que priva a otros de conocer Su poder. Ver y hablar: ambas son acciones que marcan a los verdaderos discípulos.


martes, 27 de mayo de 2025

¿A DÓNDE IR CUANDO ENFRENTAMOS ALGO MÁS GRANDE QUE NOSOTROS?


 Cuando la vida nos pone frente a situaciones que nos superan —una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido, una crisis personal— esta pregunta se vuelve inevitable: ¿A dónde iremos? ¿A quién podemos acudir cuando nuestras fuerzas no alcanzan?

En Mateo 9:18–26 encontramos dos historias que nos muestran el camino: la de un padre desesperado por su hija muerta y la de una mujer excluida por una enfermedad crónica. Dos personas distintas, pero con algo en común: ambas acudieron a Jesús con fe.

El gobernante, líder de la sinagoga, se arrodilló ante Jesús. En lugar de recurrir a su posición o conocimiento religioso, se humilló y se rindió con fe. Reconoció que Jesús tenía poder incluso sobre la muerte.

La mujer, por otro lado, había agotado todas sus opciones. Religiosa y socialmente era considerada impura. Vivía aislada, sin esperanza. Sin embargo, creyó que con solo tocar el manto de Jesús sería sana. Y lo fue.

Ambas historias nos enseñan que no importa cuán desesperada o imposible sea la situación, podemos vencerla si venimos a Jesús con fe. Podemos traerle nuestros temores y cargas, y también interceder por quienes no pueden hacerlo por sí mismos.

Tal vez hoy tú también estás frente a algo que te sobrepasa. Puede ser una pérdida, una enfermedad, una situación sin salida. Pero no estás solo. Así como aquel padre y aquella mujer en el pasaje, tú también puedes venir a Jesús.

Él no se aleja de los que vienen con fe, aunque sea pequeña. No exige que llegues limpio o con todo resuelto. Solo te invita a acercarte. Y si lo haces, encontrarás en Él poder para vencer lo que parece imposible, gracia para lo que no entiendes, y consuelo en medio de la lucha.

¿A dónde iremos cuando enfrentamos algo más grande que nosotros? A Jesús. Él es suficiente.

viernes, 23 de mayo de 2025

THE WEARY HEART


“Come to me, all you who are weary and burdened, and I will give you rest.” - Matthew 11:28 

We are a weary people.  The frantic pace of life wears us down and we find ourselves stressed, overworked and sleep deprived. Can you relate? Why are we running like this? Friends, can we stop long enough to hear Jesus calling and look to him for the rest that he offers our weary bodies and hearts?

Our hearts become weary when we see ourselves through the warped mirrors of performance and others’ expectations of us. Perhaps our fear of rejection pushes us to try to produce and accomplish things that we think will make us acceptable in other people’s eyes. So we work harder and push ourselves more.

But our self-worth does not come from what others think of us. The only person who has the right to define our worth is our creator.  He desires for us to see ourselves the same way he views us—as having our identity in Christ rather than from what we accomplish or from others’ opinions. 

And there is hope in Jesus! When we come to faith in Christ, as Ephesians 1:3-14 tells us, we have been chosen by God. The Father not only wants us and sees us as valuable but also has adopted us. In addition, he has redeemed us, purchased us with the blood of Jesus and forgiven us, and he has sealed us with his Holy Spirit as a guarantee of our future life with him. God walks with us in this life and is now in heaven preparing the place where we will be with him forever. Encourage your weary hearts with these truths!

The Father extends an invitation to all of us to find real rest in him. This is more than ceasing activity, watching television or scrolling endlessly on our phones. There is a difference between godly rest and human relaxation. God calls us to embrace Sabbath with him, a time to cease working and rest in God’s care for us.  Sabbath may look like corporate worship, time away with God in solitude and silence, celebration with friends or reading and praying, being renewed in his presence. What Sabbath activities bring life to you and nurture your soul?

King David understood the source of rest as he wrote, “Truly my soul finds rest in God; my salvation comes from him” (Psalm 62:1). God is our rest. As we come to him, lay our burdens down, quiet ourselves and trust in him, we will find rest for our weary hearts.

Reflection Questions:

1.    As you reflect with God, what wrong thinking are you believing that is causing you to become weary?

2.    When you are exhausted, what are the ways that you seek rest?

3.    What have you found that refreshes your soul and mind?


G     Guest contributor: Lisa Hall 
Published with permission from the Women of Hope ministry. For more information, please visit their website 
  https://www.twrwomenofhope.org/


UN CORAZON CANSADO Y PERSEVERANTE

 


Jesús entiende nuestros corazones cansados y nos dice:

 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11:28

¿Qué nos causa estar cansadas? Algunas creen la mentira de que nuestro valor proviene del rendimiento o de lo que aportamos al ministerio. Todas queremos que los demás piensen bien de nosotras. Pero nuestro valor no puede basarse en la opinión de los demás o en nuestros logros. Eso solo nos lleva al estrés y al agotamiento. Nuestra identidad solo puede venir de nuestro Creador y debemos creerle a nuestro Padre, quien nos ve como hijas valiosas hechas a su imagen.

Otras tienen el corazón cansado quizá por las dificultades de cuidar a niños pequeños o ancianos. El estrés no termina al final del día, sino que continúa día tras día sin descanso. Quiero animarte a seguir clamando a Dios por la fuerza y la gracia que necesitas cada día. Él te la dará en el momento justo. Pero también pídele que te envíe personas que te ayuden y acércate a otras para que oren contigo y te animen. Ya sea que nuestro cansancio sea en la vida personal o en el ministerio, debemos entender que no estamos solas. Dios está con nosotras en cada momento y puede enviarnos personas que nos brinden apoyo físico o emocional para ayudarnos en nuestro trabajo.

La Biblia habla con frecuencia de la perseverancia. Santiago nos dice que perseverar nos ayuda a madurar. Gálatas nos dice que cosecharemos bendiciones si no nos rendimos. Pensemos en el ejemplo de David, que huía por su vida del rey Saúl año tras año. Los Salmos están llenos de clamores de David pidiendo a Dios que lo rescatara de sus enemigos. Y una de las respuestas a esa oración se encuentra en 1 Samuel 23:16: “Entonces se levantó Jonatán hijo de Saúl y vino a David a Hores, y fortaleció su mano en Dios.” David necesitaba un amigo que le recordara que Dios seguía con él y que tenía un futuro. Todas necesitamos personas así en nuestra vida y podemos ser ese apoyo para otras que están teniendo dificultades para perseverar.


Me encanta la historia de Josué y los israelitas peleando contra los amalecitas. Moisés estaba en una colina observando la batalla y orando a Dios para que les diera la victoria. Pero luego el ayudador, Moisés, se cansó, y él también recibió ayuda de Aarón y Hur, quienes sostenían sus brazos. Dios nos diseñó para perseverar juntas en el cuerpo de Cristo. ¡Nos necesitamos unas a otras!

El Padre nos invita a todas a encontrar descanso en Él. Esto va más allá de dejar de hacer cosas, mirar televisión o pasar el tiempo deslizando en el teléfono. Hay una diferencia entre el descanso piadoso y la relajación humana. Dios nos llama a abrazar el sábado con Él, un tiempo para dejar de trabajar y descansar en su cuidado. Tal vez no tengas tiempo para tomar un día completo de descanso cada semana, pero todas podemos practicar momentos sabáticos en los que venimos ante el Padre en quietud y silencio, solo para estar en su presencia. Al venir a Él, dejar nuestras cargas, aquietarnos y confiar en Él, encontraremos descanso para nuestros corazones cansados.

Dios nos ha llamado a vivir en comunidad bíblica y a llevar los unos las cargas de los otros. Y eso es lo que haremos ahora al entrar en nuestros grupos de oración. En un momento aparecerá una ventana emergente en tu pantalla. Haz clic en ella y serás llevada a una sala de grupo. Después de unos 15 minutos, volverás automáticamente a esta sala principal. No habrá traducción en las salas de grupo, pero quienes han estado escuchando con un traductor serán ubicadas en una sala con personas que hablen su mismo idioma del corazón.

Firma invitada: Lisa Hall

Devocional parte de la serie titulada Asuntos del corazon, elaborada por el Proyecto Mujeres de Esperanza, de Radio Trans Mundial*

Publicado con permiso del ministerio Mujeres de Esperanza, para más informacion visite el sitio https://mujeresdeesperanza.org/

  

lunes, 19 de mayo de 2025

UN DISCÍPULO DE JESÚS, EN 3 IMÁGENES

 


Cuando algunos se acercaron a Jesús para preguntarle por qué sus discípulos no ayunaban (Mateo 9:14–17),  Él respondió con tres imágenes: una boda, un remiendo y el vino nuevo. Su respuesta no solo contestaba la pregunta sobre el ayuno, sino que revelaba cómo es la vida de un verdadero discípulo.

Primero, Jesús comparó su presencia con una boda. ¿Quién ayuna en medio de una celebración? Mientras Él estaba con ellos, los discípulos no necesitaban ayunar. Él era el Novio, y su presencia era motivo de gozo. Sin embargo, Jesús anunció que llegaría el momento en que el Novio sería quitado, y entonces sus discípulos sí ayunarían. Aquí vemos que el ayuno no se elimina, pero toma su lugar adecuado como parte de la vida espiritual después de la partida de Jesús.

Luego, habló de remendar ropa vieja con tela nueva. No se trata de mejorar lo viejo con algo nuevo, sino de reconocer que la vida con Jesús no puede ser una mezcla: es una transformación completa. Seguir a Jesús no es simplemente añadir prácticas religiosas, sino dejar atrás lo viejo y recibir una nueva forma de vivir.

Por último, usó la imagen del vino nuevo en odres nuevos. La obra de Jesús en nosotros es nueva, viva y poderosa. No cabe en moldes antiguos ni en estructuras religiosas vacías. Necesitamos corazones renovados para recibir lo que Él quiere hacer.

Ser discípulo de Jesús implica gozo en su presencia, compromiso con disciplinas espirituales como el ayuno en su ausencia, y una vida totalmente transformada por Él.

martes, 13 de mayo de 2025

THE SURRENDERED HEART

*This is the first devotional in a series titled Matters of the Heart, created by the ministry Women of Hope from Trans World Radio.

“’I am the Lord’s servant,’ Mary answered. ‘May your word to me be fulfilled.’ Then the angel left her.” - Luke 1:38

Several years ago, friends of ours felt God calling them back to their home country. This was a major life change, impacting their entire family. They spent considerable time in prayer, seeking the best way to share this decision with their children.

 

The news did not sit well with their youngest son. He was sad about leaving behind everything he knew. A few days later, they revisited the topic, and he responded with a tone of resignation, "I've accepted my fate!" When our friends shared this with us, we found it endearing, and it still brings a smile to our faces. It wasn't what he wanted, but he recognized that surrender was, given the circumstances, his best option.

 

His words were profound. He was expressing his peace with this new chapter and his willingness to follow his parents. Shortly after the move, he had fully adjusted and was thriving, enjoying wonderful new experiences. Imagine what he would have missed had he resisted his parents' decision!

 

Surrendering isn't always easy, especially when it’s not what we had in mind. When it comes to surrendering to the Lord’s will, Mary's example is particularly inspiring. The biblical account shows her natural human reaction: she was initially frightened by the angel Gabriel's visit, who reassured her, telling her not to fear.

 

He then revealed the incredible news that she would conceive and bear the Son of the Most High. Mary's reply was simple yet powerful: "’I am the Lord’s servant,’ Mary answered. ‘May your word to me be fulfilled.’ Then the angel left her" (Luke 1:38).

 

Mary's response is a source of inspiration, an attitude we can mimic in our daily lives. May the Lord grant us the serenity and courage to surrender to him and have his plans to unfold in us, so that his name may be glorified.

 

Reflection Questions:

 

1.    Do you find it challenging to surrender? What makes it so difficult?

2.    Think of a time when you surrendered and the outcome was positive, even if unexpected. What did you learn from that experience?

3.    What small step could you take today to practice surrendering where you're currently feeling resistant?


Guest contributor: Susie Peck.
*Published with permission from the Women of Hope ministry. For more information, please visit their website 
  https://www.twrwomenofhope.org/


UN CORAZON RENDIDO


Este es el primer devocional de una serie titulada Asuntos del corazon, elaborada por el Proyecto Mujeres de Esperanza, de Radio Trans Mundial*

«Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia». – Lucas 1:38

Hace algunos años, unos amigos nuestros sintieron que Dios los llamaba a regresar a su país de origen. Fue un cambio de vida importante que afectó a toda la familia. Pasaron mucho tiempo en oración, buscando la mejor manera de compartir esta decisión con sus hijos.

La noticia no fue bien recibida por su hijo menor. Estaba triste por tener que dejar todo lo que conocía. Unos días después, volvieron a hablar del tema, y él respondió con tono de resignación: «¡He aceptado mi destino!». Cuando nuestros amigos nos contaron esto, nos pareció enternecedor y aún nos saca una sonrisa. No era lo que él quería, pero reconoció que rendirse era, dadas las circunstancias, su mejor opción.

Sus palabras fueron profundas. Estaba expresando paz con esta nueva etapa y su disposición a seguir a sus padres. Poco después de la mudanza, ya se había adaptado por completo y estaba prosperando, disfrutando de nuevas y maravillosas experiencias. ¡Imagina todo lo que se habría perdido si se hubiera resistido a la decisión de sus padres!

Rendirse no siempre es fácil, especialmente cuando no es lo que teníamos en mente. Cuando se trata de rendirse a la voluntad del Señor, el ejemplo de María es especialmente inspirador. El relato bíblico muestra su reacción humana natural: al principio se asustó por la visita del ángel Gabriel, quien la tranquilizó diciéndole que no temiera.

Luego le reveló la increíble noticia de que concebiría y daría a luz al Hijo del Altísimo. La respuesta de María fue simple pero poderosa: «Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia» (Lucas 1:38).

La respuesta de María es una fuente de inspiración, una actitud que podemos imitar en nuestra vida diaria. Que el Señor nos conceda la serenidad y el valor para rendirnos a Él y permitir que sus planes se cumplan en nosotros, para que su nombre sea glorificado.

Preguntas para Reflexión:

1.    ¿Te resulta difícil rendirte? ¿Qué lo hace tan difícil?

2.    Piensa en un momento en que te rendiste y el resultado fue positivo, aunque inesperado. ¿Qué aprendiste de esa experiencia?

3.    ¿Qué pequeño paso podrías dar hoy para practicar la rendición en esa área donde sientes resistencia?

*Firma invitada de Susie Peck.

Publicado con permiso del ministerio Mujeres de Esperanza, para más informacion visite el sitio https://mujeresdeesperanza.org/

  

lunes, 5 de mayo de 2025

JESÚS, EL MÉDICO DEL ALMA


En Mateo 9:9–13, Jesús hace una declaración sorprendente: “No he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. Esta frase revela el corazón de su misión. Cuando Jesús llamó a Mateo, un cobrador de impuestos, y compartió la mesa con otros “pecadores”, rompió con las normas religiosas de su tiempo. Para muchos, los cobradores de impuestos eran traidores y pecadores públicos, indignos de la gracia. Sin embargo, Jesús se acercó a ellos con compasión, no con condena.

Los fariseos, por otro lado, confiaban en su propia justicia, creyendo que podían agradar a Dios mediante su pureza religiosa y obediencia estricta a la ley. Pero en su esfuerzo por ser correctos, perdieron de vista la misericordia. Jesús los confronta diciendo: “Misericordia quiero, y no sacrificio”.

El mensaje es claro: Jesús no vino por los que creen no necesitar ayuda, sino por los que reconocen su necesidad. Él es el médico que vino a sanar a los enfermos del alma. Si creemos que podemos ganar el favor de Dios con nuestros méritos, cerramos la puerta a la gracia. Pero si reconocemos nuestra condición, entonces descubrimos que Jesús vino precisamente por nosotros.

Hoy, dejemos de lado todo intento de justificar nuestra vida por obras o apariencias, y acerquémonos humildemente a Aquel que no vino a buscar justos, sino a salvar pecadores.

Imagen: Pixabay de uso libre. 

 


lunes, 28 de abril de 2025

¿PUEDE JESÚS VER NUESTRA FE?

 

En Mateo 9:1-8 vemos una escena conmovedora: unos amigos, movidos por la fe, llevan a un paralítico ante Jesús. Mateo omite algunos detalles que otros evangelios mencionan, como el hecho de que rompieron el techo para bajar a su amigo. Sin embargo, el enfoque principal sigue siendo la fe activa de estos hombres.

El paralítico no tiene nombre. Esto nos invita a vernos reflejados en él. Muchas veces estamos espiritualmente paralizados, incapaces de avanzar por nuestras propias fuerzas. Solo la intervención de Dios puede restaurarnos. Jesús, al ver la fe de ellos, responde de una manera inesperada: no primero sanando el cuerpo, sino perdonando los pecados. Esta acción provoca sorpresa y escándalo entre los escribas, quienes consideraban absurdo que alguien pudiera perdonar pecados ajenos.

La reacción de los líderes religiosos nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza misma del perdón. ¿Quién tiene autoridad para perdonar? Solo Dios. Y en este acto, Jesús revela su identidad divina. Al sanar al paralítico, confirma su autoridad no solo para restaurar cuerpos, sino también para dar vida eterna. Su resurrección de entre los muertos valida ese poder absoluto.

Hoy, también nosotros somos llamados a una fe viva, una fe que Jesús pueda “ver”. Una fe que no solo busca milagros externos, sino el perdón interior y la restauración completa que solo Él puede ofrecer. Así como el paralítico se levantó, también nosotros podemos caminar en una nueva vida, gracias al poder salvador de Cristo.

lunes, 21 de abril de 2025

LEVANTATE Y RESPLANDECE


“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.”
(Isaías 60:1)

¡La resurrección de Jesús es un evento para celebrar todos los días! marcó un antes y un después en la historia de la humanidad y marca un antes y un después en la vida de quienes encuentran en Cristo la salvación eterna.

En ese glorioso amanecer del primer día de la semana, la tumba quedó vacía y la oscuridad de la muerte fue vencida por la luz de la vida eterna. Es esa luz la que Isaías profetizó siglos antes: una luz que vendría a brillar sobre un pueblo que vivía en tinieblas.

El llamado de Isaías —“Levántate, resplandece”— encuentra pleno cumplimiento en la resurrección. Cristo, la Luz del mundo, se levantó del sepulcro, y con Él, una nueva esperanza se levantó para todos nosotros. Su victoria sobre la muerte no fue solo un hecho histórico, sino una invitación a levantarnos también nosotros de nuestra propia oscuridad: del pecado, del desánimo, de la desesperanza.

Los versos 2 y 3 de Isaías 60 anuncian que, aunque haya tinieblas sobre la tierra, la gloria del Señor amanecerá sobre su pueblo. Eso es precisamente lo que celebramos en la resurrección: en medio de un mundo caído, la gloria de Dios brilla en Jesús resucitado.

Hoy, el llamado sigue vigente. Levántate tú también. No permanezcas postrado por el pasado, por la culpa o por el miedo. Si Cristo vive, entonces hay poder para comenzar de nuevo. Su luz ahora habita en ti. Permite que esa luz brille en tu vida diaria: en tus palabras, decisiones y relaciones. Que otros puedan ver en ti la esperanza que solo se encuentra en el Cristo resucitado. 

lunes, 14 de abril de 2025

SALVANOS

 Reflexión en el Salmo 118

El Salmo 118 es una poderosa reflexión sobre el amor, la fidelidad y la salvación de Dios. Desde la promesa de Su amor eterno, pasando por las experiencias de angustia y liberación, hasta el cumplimiento en Cristo y nuestra respuesta de gratitud, este salmo nos invita a recordar que Dios es digno de nuestra confianza y alabanza. Que, al igual que el salmista, podamos reconocer Su obra en nuestras vidas y siempre dar gracias, sabiendo que Su amor perdura para siempre.

1. La Promesa (Versos 1 al 4): "Su amor perdure para siempre"

El Salmo 118 comienza con una invitación a dar gracias a Dios por su amor inquebrantable. En estos primeros versículos, el salmista nos recuerda que el amor de Dios es eterno, "para siempre". Esta es una promesa de fidelidad, un recordatorio de que, independientemente de nuestras circunstancias, el amor de Dios es constante y no falla.

Dios, en su amor, no solo está cerca en los momentos de alegría, sino también en los momentos de angustia. El salmista inicia con una declaración de gratitud, y nos invita a todos a unírsenos en esa alabanza. Es un recordatorio de que su amor es el fundamento de nuestra esperanza.

2. La Experiencia (Versos 5 al 21): "En mi angustia clamé al Señor"

A partir de los versos 5 al 21, el salmista comparte su experiencia personal de angustia. Clama al Señor en su momento de desesperación, y Dios responde. En esta sección, se describen momentos de lucha y tribulación, pero también la firme certeza de que el Señor escucha y responde.

El salmista menciona que su confianza en Dios fue puesta a prueba, pero que, al final, Dios lo libró. Aquí, podemos reflexionar sobre cómo nuestras propias angustias pueden ser momentos en los que buscamos a Dios más intensamente. Al igual que el salmista, podemos recordar que cuando clamamos a Dios, Él escucha y está dispuesto a responder, guiándonos incluso en medio de las dificultades.

3. El Cumplimiento (Versos 22 al 27): "Bienaventurado es el que viene en el nombre del Señor"

Los versos 22 al 27 nos presentan el cumplimiento de una promesa aún mayor: la venida del Salvador. El salmista profetiza sobre la piedra que los constructores desecharon, la cual se ha convertido en la piedra angular. Este versículo se ve como una referencia profética a Cristo, quien fue rechazado por muchos pero se convirtió en la base de la salvación para toda la humanidad.

Es un recordatorio de que Dios tiene un propósito más allá de lo que podemos ver en el momento. A veces, lo que parece ser un fracaso o rechazo es, en realidad, el cumplimiento perfecto del plan divino. Esta sección también nos invita a reconocer la importancia de la venida de Jesús, el verdadero cumplimiento de la promesa de salvación.

4. La Respuesta (Versos 28 al 29): "Dar gracias"

Finalmente, en los versos 28 al 29, el salmista expresa su gratitud por la salvación recibida. La respuesta a la intervención de Dios es la acción de gracias. En el contexto de nuestra vida cristiana, este es el llamado final: reconocer lo que Dios ha hecho por nosotros y dar gracias.

Esta sección nos invita a reflexionar sobre cómo respondemos a la fidelidad de Dios. La gratitud no solo se expresa en palabras, sino también en nuestra vida cotidiana, viviendo conforme a la voluntad de Dios. Cuando vemos la bondad y fidelidad de Dios, la única respuesta adecuada es darle gracias y adorarlo.

Image by Spencer Wing from Pixabay


lunes, 7 de abril de 2025

SIGUIENDO A JESÚS

Hoy quiero invitarte a reflexionar conmigo sobre lo que realmente significa seguir a Jesús. A veces usamos esa expresión con ligereza, como si se tratara de ser fan de una figura pública, de seguir famosos en redes sociales o simplemente de admirar a alguien desde lejos. Pero Jesús nos muestra que seguirle implica mucho más.

Sea cual sea el costo.

Mateo 8:18-22, Jesús nos hace ver que seguirlo tiene un costo. Uno de los hombres que se le acercó quería seguirlo, pero primero quería enterrar a su padre. La respuesta de Jesús puede parecer dura, pero nos enseña que los verdaderos seguidores de Cristo no se aferran a lo temporal, porque saben que su ciudadanía está en los cielos. Los seguidores de Jesús son peregrinos, y eso significa que a veces habrá que dejar atrás comodidades, planes personales o incluso expectativas familiares.

Sea cual sea la tormenta

Después, los versículos 23 al 27 nos llevan a una barca en medio de una tormenta. Jesús está con sus discípulos, pero ellos sienten que todo está fuera de control. ¿No te has sentido así a veces? Como si las tormentas de la vida fueran demasiado fuertes y Jesús pareciera estar dormido. Pero Él sigue siendo el Señor del viento y del mar. Solo su palabra basta para calmar la tempestad. La pregunta sigue siendo la misma hoy: ¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Sea cual sea la oposición

Finalmente, en los versículos 28 al 34, Jesús enfrenta una oposición inesperada. Libera a dos hombres poseídos. Es curioso notar que los evangelistas narran este episodio con algunos detalles diferentes. ¿Por qué? Tal vez porque cada uno enfatiza un aspecto distinto de lo que vieron. Lo importante es que todos coinciden en lo esencial: Jesús tiene autoridad sobre el mal.

Y aún más impactante es cómo la gente del pueblo reacciona: prefieren que Jesús se vaya antes que permitir que transforme sus vidas. Hoy también podemos cerrar el corazón. Si le decimos que no, una y otra vez, llegará el momento en que Él respetará nuestra decisión y se apartará.

Seguir a Jesús no es un camino fácil, pero es el único que lleva a la vida. Sea cual sea el costo, la tormenta o la oposición, vale la pena seguir al Maestro.

He decidido seguir a Cristo, no vuelvo atrás, no vuelvo atrás.

lunes, 31 de marzo de 2025

ÉL LLEVÓ NUESTRAS ENFERMEDADES

 

Una joven y hermosa mujer, esposa y madre, luchó durante años contra una condición que finalmente la llevó a su último suspiro. En medio del duelo, aquellos que la rodeaban mantienen la firme convicción de que, aunque su cuerpo ya no respire en esta tierra, ella despertó en el Cielo. Este relato nos recuerda que, aunque enfrentamos sufrimiento y muerte, la verdadera sanidad trasciende nuestra existencia terrenal. En el Evangelio de Mateo 8:1-17, vemos cómo Jesús sanó cuerpos, liberó almas y ofreció esperanza más allá de las circunstancias visibles. Hoy, reflexionamos sobre cómo su toque sanador sigue siendo la fuente de nuestra restauración, tanto en la vida como en la muerte.

Un leproso. En la época de Jesús, la lepra era una enfermedad de la piel que implicaba el aislamiento de la persona afectada. Nadie quería acercarse a alguien con lepra, pero Jesús lo tocó. Hoy, podemos padecer de lepra moral, aquella que nos aísla y nos llena de culpa, distanciándonos de los demás y de Dios. Sin embargo, Jesús quiere limpiarnos con su toque sanador.

Un centurión. Este hombre estaba muy afligido por la enfermedad de un siervo suyo. Siendo extranjero, podría haber sido percibido como indigno de la ayuda de Jesús, debido a sus raíces familiares. Pero él comprendía la autoridad, y apeló a que la autoridad de Jesús era suficiente. Aunque Jesús estuvo dispuesto a ir a la casa del centurión, Él respondió a la fe de este hombre, reconociendo su confianza en Su poder y autoridad.

La suegra de Pedro. Cuando Jesús llegó a su hogar, la encontró postrada en cama debido a una fiebre. Jesús tocó su mano, y al ser sanada, la mujer se levantó de inmediato para servir. Una persona sana sirve. Una iglesia saludable sirve.

El pasaje también nos relata que Jesús sanó a muchos, haciendo una distinción clara entre aquellos liberados de opresión maligna y los que simplemente padecían dolencias físicas. A todos, Jesús los sanó con Su Palabra.

Hay poder en el toque de Jesús,

Hay poder en la autoridad de Jesús,

Hay poder en Su Palabra.

Aunque en Su voluntad, hoy Jesús puede responder a nuestras oraciones sanando a los enfermos, la sanidad última trasciende nuestro "aquí y ahora". La esperanza del creyente, cuando fallece, es que la sanidad total comienza en la entrada a la eternidad.


lunes, 24 de marzo de 2025

RESTAURAR Y FORTALECER RELACIONES PERSONALES

 


Lo he visto y lo he vivido: las relaciones con familia, amigos, compañeros de trabajo o de iglesia pueden deteriorarse por malos entendidos, ofensas o diferencias de criterio. Sin embargo, el mensaje de Jesús en el Sermón del Monte (Mateo 5:33-48) nos muestra que las relaciones pueden ser restauradas y fortalecidas cuando aplicamos los estándares del reino de Dios en nuestra vida diaria.

Jesús nos llama a cuidar nuestras palabras. Prometer con ligereza, exagerar o no cumplir lo que decimos genera desconfianza y conflictos. Nuestras palabras deben reflejar integridad, pues de la abundancia del corazón habla la boca. Hablar con verdad y actuar en coherencia con lo que decimos es el primer paso para sanar relaciones.

Jesús también nos enseña a ir más allá de la resistencia natural al perdón. La ley de Moisés se basaba en la justicia de reciprocidad: "ojo por ojo, diente por diente". Pero Jesús nos invita a responder al mal con bien. Es un llamado radical, pero transformador. En lugar de devolver ofensa por ofensa, Jesús nos impulsa a ser instrumentos de paz y gracia.

Finalmente, amar a nuestros enemigos puede parecer imposible, pero Jesús nos mostró el ejemplo supremo en la cruz. Amar no significa justificar acciones incorrectas, sino elegir responder con compasión y orar por quienes nos han herido. Este amor refleja el corazón de Dios.

Sanar relaciones no es fácil y no siempre está del todo en nuestras manos, pero al vivir según los principios del reino de Dios, encontramos esperanza y restauración. Jesús no solo nos llama a sanar como hijos amados de Dios, también nos capacita para amar y perdonar.


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lunes, 17 de marzo de 2025

EL PELIGRO DE LA FALSEDAD


La falsedad se manifiesta en escenarios cada vez más amplios y sofisticados. Como siempre, el lucro suele ser el motivo detrás de las caretas de ovejas que muchos lobos utilizan. Las víctimas denuncian fraudes, robos de identidad, de cuentas bancarias y tarjetas de crédito, inversionistas criminales, mucho de todo. Se requiere estar bien alerta por que el asedio es constante y multidireccional.   Pero el fenómeno no es nuevo, y la fe Cristiana no está exenta del peligro.

La falsedad es una estrategia de Satanás para engañar y desviar de la fe, y para provocar descrédito a la causa del evangelio. En Mateo 7:15-23, Jesús nos advierte sobre los falsos profetas, aquellos que aparentan ser líderes espirituales pero en realidad desvían a otros del verdadero camino. En un tiempo donde los escándalos de liderazgo son comunes, es crucial estar alerta. No debemos ser ingenuos, sino discernir con sabiduría. Podemos confiar, pero siempre debemos verificar si aquellos que enseñan y guían realmente siguen a Cristo. Satanás causa más daño cuando se infiltra en la iglesia que cuando la ataca abiertamente desde afuera.

Jesús nos enseña que reconoceremos a los falsos profetas no por su doctrina, sino por sus frutos (Mateo 7:16-20). Es posible que sus enseñanzas sean correctas y que incluso firmen declaraciones doctrinales, pero su fidelidad a Jesús es la verdadera prueba. Un árbol saludable da buen fruto de manera natural; de la misma forma, alguien nacido de nuevo reflejará obediencia a Cristo en su vida. En cambio, un árbol enfermo produce fruto malo, incluso engañándose a sí mismo. El talento, los dones y el carisma no son señales de salvación.

Jesús no se deja engañar (Mateo 7:21-23). Muchos pueden lograr grandes cosas en su nombre, pero si nunca han tenido una relación genuina con Él, serán rechazados. La verdadera evidencia de la fe no está en los logros visibles, sino en una vida transformada por la obediencia a Cristo.

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