lunes, 24 de marzo de 2025

RESTAURAR Y FORTALECER RELACIONES PERSONALES

 


Lo he visto y lo he vivido: las relaciones con familia, amigos, compañeros de trabajo o de iglesia pueden deteriorarse por malos entendidos, ofensas o diferencias de criterio. Sin embargo, el mensaje de Jesús en el Sermón del Monte (Mateo 5:33-48) nos muestra que las relaciones pueden ser restauradas y fortalecidas cuando aplicamos los estándares del reino de Dios en nuestra vida diaria.

Jesús nos llama a cuidar nuestras palabras. Prometer con ligereza, exagerar o no cumplir lo que decimos genera desconfianza y conflictos. Nuestras palabras deben reflejar integridad, pues de la abundancia del corazón habla la boca. Hablar con verdad y actuar en coherencia con lo que decimos es el primer paso para sanar relaciones.

Jesús también nos enseña a ir más allá de la resistencia natural al perdón. La ley de Moisés se basaba en la justicia de reciprocidad: "ojo por ojo, diente por diente". Pero Jesús nos invita a responder al mal con bien. Es un llamado radical, pero transformador. En lugar de devolver ofensa por ofensa, Jesús nos impulsa a ser instrumentos de paz y gracia.

Finalmente, amar a nuestros enemigos puede parecer imposible, pero Jesús nos mostró el ejemplo supremo en la cruz. Amar no significa justificar acciones incorrectas, sino elegir responder con compasión y orar por quienes nos han herido. Este amor refleja el corazón de Dios.

Sanar relaciones no es fácil y no siempre está del todo en nuestras manos, pero al vivir según los principios del reino de Dios, encontramos esperanza y restauración. Jesús no solo nos llama a sanar como hijos amados de Dios, también nos capacita para amar y perdonar.


Imagen de Pixabay de uso libre. 


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