Ser mujer a veces se asemeja a un diamante enlodado y
tirado a un basurero, menospreciado y disminuido en su real valor. Un río de
lágrimas está fluyendo a través del mundo. Lágrimas de profundo dolor,
decepción, pesar, vergüenza, desesperación…. Las lágrimas que vierten esas mujeres que están aprisionadas por el miedo y la desesperación, víctimas de
abuso y discriminación. Muchas veces, no son amadas a partir del momento
que nacen. Rechazadas, a veces abandonadas. Si calla y soporta es una buena mujer. Si clama por ayuda es muchas veces ignorada. Si enfrenta su situación es rebelde y desobediente. Es un complejo laberinto. Hoy hay mujeres que gritan desde su dolor: “¿Soy objeto de valor para alguien?” Pero hasta ese grito se apaga cuando el
agresor completa el sádico viacrucis, matándolas.
Cuando leo
Proverbios 31: 8-9 me siento desafiada:
8 »¡Levanta la voz por los que no tienen voz!
¡Defiende los derechos de los desposeídos!
9 ¡Levanta la voz, y hazles justicia!
¡Defiende a los pobres y necesitados!»
¡Defiende los derechos de los desposeídos!
9 ¡Levanta la voz, y hazles justicia!
¡Defiende a los pobres y necesitados!»
Al pretender trazar un perfil de la mujer de hoy,
sus responsabilidades y su lucha por salir airosa en las múltiples esferas en
las que está envuelta. La vida de la mujer de hoy se parece un poco al
rompecabezas (Cubo de Rubick) que cuando al fin tienes armado un lado, te das
cuenta que desarreglaste los otros. Solo cuando conocemos el truco,
cuando encontramos el fundamento para componerlo, logramos que todos los lados
queden arreglados.
Hay muchos lados que quizá no estén bajo nuestra
posibilidad componer, pero hay uno que sí, es que cada mujer se haga consciente
de su propia realidad, la evalúe, la conozca, tome las acciones que le
corresponda para poner en orden su propia vida y entonces esté lista para
apoyar esta causa, con solidaridad, con influencia, con acciones definidas.
Yo creo que Dios hizo al hombre y la mujer iguales en
dignidad, y que a pesar del pecado, y de la tendencia patriarcal de las
culturas antiguas, el registro bíblico exhibe una luminosa galería de mujeres
que hoy nos sirven de espejo para descubrir quién es la mujer en la
agenda divina. Es coheredera de la gracia y partícipe de su reino en
todas sus manifestaciones.
No hay en la Biblia, correctamente interpretada, ningún
apoyo para ninguna acción de violencia contra la mujer, y yo en el marco de la
violencia incluyo una serie de mitos como la inferioridad biológica de la
mujer, (sexo débil), el mito de la inferioridad intelectual de la mujer, y OH!
Pero será posible: el mito de la inferioridad espiritual de la mujer.
La galería de mujeres que en mi abordaje de la
Biblia he encontrado, me presenta damas decididas, valientes, esforzadas, capaces,
dignas de confianza, laboriosas, competentes en los negocios, diligentes,
mujeres de fortaleza y resistencia física, eficientes, honorables, sabias,
elegantes, piadosas, misericordiosas…virtuosas.
Jesús sella esta revelación del valor de la mujer y su
espacio en la vida espiritual, social y económica de su tiempo. Y pablo
sentencia que en Cristo las diferencias que en otras esferas crean sesgo entre
hombres y mujeres, ya no existen más.
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