Los
pobres siempre estarán con nosotros, dijo Jesús. La historia humana ha
transcurrido en ese calamitoso escenario de desequilibrio entre riqueza y
pobreza. Pero es una condición acentuada por nuestro egoísmo y pecado como
seres humanos. Si me dejo contagiar del sentir de Dios, de la compasión que
siempre él ha modelado, aun cuando mi
ser insista en ser egoísta y autocomplaciente, hay una vocación, un llamado de
conciencia que me hace infeliz si no presto atención a la necesidad que me
rodea.
En
la medida en que crecemos espiritualmente, la solidaridad se impregna y se
entreteje en nuestra existencia y se transforma en un estilo de vida. Hay que ser solidarios con otros, no
considerarnos distintos o superiores, sino seres humanos iguales. Dios nos ha
creado para vivir en comunidad y nos ayuda por medio de su Espíritu Santo para
realizarlo en formas que resaltan nuestra solidaridad humana. . La Escritura, nos insta “Abre la mano a tu hermano”[i]
La
solidaridad de este estilo de vida no es solamente para los que son como uno,
sino que hay una habilidad especial para identificarse con el necesitado y ayudarlo
a suplir sus necesidades específicas. Cristo demostró por su manera de vivir solidaridad
con la gente de su tiempo. Era conocido como amigo de pecadores, y dio su vida
por ellos. Nosotros podemos demostrar solidaridad con todas las personas porque
todos necesitamos el perdón y la fuerza que él puede darnos. Podemos compartir
la carga de otra persona, a pesar de nuestra propia debilidad, porque Cristo
nos ayuda a sentir esta hermandad con la persona, y nos da fuerzas para actuar.
Podemos alentar a otros aun cuando nosotros también necesitamos ser alentados.
Cuanto
más solidarios somos, cuanto más amamos, cuanto más respetamos a las personas,
cuanto más compartimos las necesidades de otros, más crece nuestra solidaridad.
En esta forma, por medio de nuestro estilo de vida, es que provee esperanza. No
es una vida amargada, pesimista, viendo todo negativo y catastrófico. Responde
positivamente a las enseñanzas de la Biblia en cuanto a la esperanza que debemos
incorporar en nuestra vida diaria.
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